Otra situación vergonzosa se escenificó en el beisbol cubano en el marco de la II Liga Élite. Cuando parecía que ya el límite había sido alcanzado, nos sorprendió nuevamente este torneo con un hecho lamentable.

Hace pocas jornadas se hizo viral una muy desafortunada entrevista a la gloria deportiva Jorge Luis Valdés, quien mostró no estar bien ni física ni mentalmente. Las críticas a los encargados de programar ese total desatino se apoderaron de las redes sociales. ¿Era suficiente esto?. Pues no, aún la incapacidad y la incompetencia no habían terminado de hacer acto de presencia.

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La final de la II Liga Élite del Beisbol Cubano entre las novenas de Matanzas y Artemisa acogió otro desenlace de horror. Esta vez, un aficionado resultó ser el afectado de las burdas políticas del movimiento deportivo de la isla.

El quinto juego de los playoffs transcurrió en el estadio 26 de julio de Artemisa. Las postrimerías del cotejo dieron luz a lo irrazonable y patético. El hecho se desarrolló en la parte alta de la novena entrada.

Vergüenza en el beisbol cubano

Un seguidor del beisbol cubano presente en el recinto se hizo de una pelota. Esto es un suceso muy habitual en cualquier escenario del mundo, ya que después de un foul, la esférica se considera como un souvenir. En disímiles oportunidades los propios atletas a la defensa se las obsequian a los fanáticos, pero Cuba está muy lejos de ser normal.

El aficionado pensó que se llevaría la esférica a su hogar como recuerdo, pero lo peor estaba por llegar. La presencia de un policía se hizo visible rápidamente, quien fue directamente hacia la persona que portaba la pelota. La exigencia no tenía medias tintas. ¡Había que devolverla!. La persona involucrada en el suceso no tuvo más remedio que acceder a las exigencias. Una respuesta negativa lo iba a colocar a las puertas de problemas muchos más graves.

La escasez y la miseria en la Mayor de las Antillas han tocado un punto de no retorno. El beisbol cubano forma parte de este entramado y perece poco a poco, ante los ojos de quienes aman al pasatiempo nacional. Lo ocurrido es otra prueba más que el sistema imperante ahoga a cada segundo, sin importarle el bienestar de sus ciudadanos.

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