Prospectazo cubano: Entre las 90 millas y el racismo, los Yankees y Maels

Daniel De Malas Andreu

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Por Kiara González    Después de concluir su carrera como beisbolista, Maels Rodríguez encontró su vocación en el entrenamiento de jóvenes talentos que buscan abrirse paso a las Grandes Ligas de Estados Unidos. Con frecuencia se le puede ver en los terrenos de Tamiami en plena actividad. Justo allí nos encontramos con el joven villaclareño…

Por Kiara González

   Después de concluir su carrera como beisbolista, Maels Rodríguez encontró su vocación en el entrenamiento de jóvenes talentos que buscan abrirse paso a las Grandes Ligas de Estados Unidos. Con frecuencia se le puede ver en los terrenos de Tamiami en plena actividad. Justo allí nos encontramos con el joven villaclareño Eduardo León, lanzador de estirpe pelotera, pues su padre Valentín León brilló como jardinero central en Series Nacionales.

   «Formo parte de un proyecto con Maels. En el entrenamiento hacemos hincapié en la explosividad y en la mecánica de lanzamiento», fueron las primeras palabras de León (hijo) quien aseguró además que en este tiempo «he llegado a topar la 97 millas».

   Como sucede con la mayoría de los lanzadores jóvenes que se aventuran a la búsqueda del sueño ligamayorista León tiene condiciones, sin embargo ha enriquecido las rutinas de entrenamiento para sumar nuevos lanzamientos a su arsenal. «En Cuba tiraba recta y curva. Aquí gracias a Dios he incorporado cambio y slider. Dentro de un tiempecito, espero una firma con una organización de Grandes Ligas que es lo que siempre he soñado».

    Maels, por su parte, confía en que su pupilo tendrá la oportunidad y pronto conseguirá una firma pues «tiene una gran proyección (…) la calidad y la capacidad para hacerlo».

   Eduardo León salió de Cuba en julio de 2017. «Fui directo a Panamá, de allí hasta República Dominicana», comentó.

   En la Isla, debutó muy joven en Series Nacionales, precisamente como lanzador a pesar de llegar un poco tarde a esa labor pues a diferencia de otros «empecé  a pichear a una edad bastante avanzada cuando casi cumplía 17 años».

   «Estuve lanzando 92 y 93 millas y enseguida hice el equipo de Villa Clara. Fue mi primer año juvenil y el primero con el equipo de la provincia también. Al principio tuve problemas con el descontrol, como todo muchacho nuevo, solamente llevaba 8 meses lanzando».

   A tu papá muchos lo vieron jugar, Valentín León, ¿cuánto te ha ayudado el en tu desarrollo como pelotero?

   -Él no fue pitcher sino center field pero siempre me dio muy buenos consejos. Me recordaba los pitchers de su época como Aquino Abreu. Sobre todo me inculcaba mucho sobre el entrenamiento y la preparación física que debe tener el pitcher.

¿Cuán difícil es la vida del emigrante, estar lejos de lo tuyo y de los tuyos?

   -Es bien difícil porque son otras costumbres, otro idioma. Se sufre un poco de racismo. Se ven muchas cosas malas. Eso no lo sabe la familia, solamente el que ha pasado por eso.

¿Crees que llegue pronto el contrato?

   -Todas las condiciones están, simplemente es que llegue la oportunidad, mientras hay que seguir entrenando. Todo está listo.

   Y esa idea de que «todo está listo» para el siguiente paso, la reafirma Maels. Sabe cómo pocos de la dedicación que le pone a cada sesión de trabajo, de lo centrado que está en su objetivo y de las potencialidades que llamarán la atención de cualquier equipo.

   «Creo que puede hacer cualquier tipo de función porque tiene fuerza en el brazo, hemos trabajado con la estamina (la habilidad del cuerpo para soportar actividades físicas sin cansarse o tener que parar antes de alcanzar la meta), tiene resistencia, con tres o cuatros pitcheos puede ser un lanzador abridor y si pasara al bullpen se concentrarían más en dos de ellos», explica quien fuera el lanzador de los más duros envíos en Cuba.

   Entretanto la práctica continúa, León se permite soñar con ser parte quizás de los New York Yankees. «Siempre me han gustado, es el equipo que seguía en Cuba», confiesa; sin embargo asegura que aceptará integrarse a la franquicia «que esté disponible a darme la oportunidad».

   «Es una muchacho de 6´4, apenas 22 años, un brazo increíble, lanza más de 95 millas. Ya todo depende de cómo asimile, de cómo se adapte aquí y de la proyección del club que lo firme», valora Maels.

   ¿Será Eduardo León la próxima estrella del pitcheo cubano en las Mayores? El tiempo dirá la última palabra.

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