Por Darien Medina
Todo comenzó con pelotas hechas de trapos junto al señor que frente a su casa rellenaba fosforeras y que un día lo llevaría de la mano hasta el estadio de su natal Cifuentes. Así a grandes rasgos comenzó la relación entre Michel Triana Moret y el béisbol. Michel es otro prospecto cubano que ha asegurado su firma con una organización de la MLB, en su caso con los Cincinnati Reds, en el mes de julio del pasado año.
Michel no tuvo tiempo de demostrar todo su talento en la Serie Nacional, tan solo participó en una temporada con Villa Clara (2017-2018) en la que según la página oficial del béisbol cubano, tuvo 26 veces al bate, conectó un cuadrangular, la misma cantidad de dobles y triples. Su promedio ofensivo fue de 308, empujó dos carreras y anotó otras cuatro.
«Mi mejor momento fue el debut contra Industriales, además de mi primer hit que resultó ser un cuadrangular. Aprendí bastante y mejoré mucho a la hora de seleccionar los lanzamientos, además de la concentración», recuerda así su breve paso por la máxima categoría de la pelota cubana en su conversación con SwingCompleto.
Triana sentía que necesitaba algo más, le llamó «bichito» a esas ganas de lograr algo diferente. «Para todo pelotero cubano el sueño es jugar la Serie Nacional porque es el máximo nivel de nuestro país. Pero algunos sueñan con probarse fuera, para otros su meta es llegar hasta ese nivel».
Además de la cuestión deportiva el factor económico fue determinante en su decisión de abandonar el país. «Veía los resultados y poco a poco iba ganando más confianza en mí, el factor fundamental fue el de acomodar a mi familia económicamente porque ellos siempre se han sacrificado para darme todo y sentí que era el momento para que todos mejorásemos».
Michel fue parte dentro de la categoría infantil del equipo nacional que participó en un torneo en Venezuela. Esa sería su primera experiencia, luego dentro de la categoría sub 18 vistió el uniforme de las cuatro letras en dos ocasiones.
La primera, en el Panamericano celebrado en México y posteriormente la cita mundial en Canadá. Sobre la competicion continental recuerda que «fue algo nuevo porque ese fue mi primer equipo ya como jugador de posición ya que con anterioridad lanzaba. Pero fue una gran experiencia. Allí me enfrenté por primera vez a lanzadores con más de 95 millas de velocidad aunque no me fue tan bien como esperaba, pero se puede catalogar como un buen desempeño».
Sin un elevado promedio a la ofensiva su bateo oportuno sería uno de los elementos más destacados, ya en los torneos locales juveniles y sub-23 llegaría a ubicar su average por encima de 300.
La decisión de dejarlo todo atrás siempre es difícil, familia, amigos, el pueblo, pasaba a ser parte del recuerdo, lo que se convirtió en impulso para seguir creciendo. Primero fue Haití, en una efímera estancia y luego República Dominicana.
No era momento de mirar atrás, no había argumentos que obligaran hacerlo.
«Eso de dar paso en falso nunca lo pensé porque siempre decía: yo sí puedo, ese es mi sueño y lo voy a lograr. Tú sabes cómo todos tuve mis días malos, pero mi agente me apoyó mucho y me decía: «tranquilo que eso no es nada»».
«Los entrenamientos eran bien fuertes, primero me preparé físicamente, realicé algunos ajustes en el swing que gracias a Dios no fueron muy difíciles», agregó.
Era una preparación completamente diferente a lo que había enfrentado en Cuba, no se trataba de competir, la meta era lograr la firma, para alcanzarla aparecen obstáculos y en cierto momento las frustraciones.
«Uno piensa: si estoy haciendo todo bien y nadie se interesa por mí y eso te derrumba por eso hay que ser fuerte mentalmente. La firma con los Rojos llegó bastante rápido».
El seguimiento a otro jugador justo donde se preparaba Michel, unió de cierto modo el destino entre el villaclareño y su futuro equipo. «Un día me vieron batear y le dijeron a mi agente que me llevarían a su complejo en Dominicana. Me presenté allí y me enfrenté a varios lanzadores, me fue muy bien y empezaron a darme seguimiento. Un 15 de febrero llaman a mi agente para darle la noticia de la firma».
La principal arma del joven talento cubano se encuentra en su bateo, con un contacto bastante sólido, en la primera almohadilla tiene la posición donde encuentra mayor comodidad. «Hay grandes expectativas conmigo, al firmar me consideraron prospecto de la organización y me proyectan que dentro de cuatro años con el favor de Dios pueda llegar a las Grandes Ligas».
Ya en territorio de Estados Unidos, Michel continúa preparándose, sin la presión que sentía en el momento en que buscaba la firma pero la llegada de la COVID-19 aplazó su debut en la Clase A media dentro del sistema de Ligas Menores.
A la pregunta sobre si en un futuro representaría a la selección cubana Michel no le da vueltas a su respuesta. «Seguro que sí, estamos listo».