¿Qué cubanos le pegaron más duro a la pelota en Grandes Ligas?

Por Juan Páez / @jmanupz Terminada la temporada 2018 de las Grandes Ligas es hora de examinar los pequeños detalles de la campaña, esas estadísticas que no están a simple vista, pero que demuestran mucho del accionar y el desempeño de cualquier pelotero. En esta oportunidad evaluaremos a los cubanos que más fuerte conectaron la […]

Por Juan Páez / @jmanupz
Terminada la temporada 2018 de las Grandes Ligas es hora de examinar los pequeños detalles de la campaña, esas estadísticas que no están a simple vista, pero que demuestran mucho del accionar y el desempeño de cualquier pelotero. En esta oportunidad evaluaremos a los cubanos que más fuerte conectaron la bola consistentemente a lo largo de toda la ronda regular.




Los casos de Kendrys Morales, Yasiel Puig y de Jorge Soler parecen ser los más impresionantes entre sus compatriotas. El primero de ellos, Morales, destaca como el que tuvo el promedio de velocidad de salida más alto en toda la Gran Carpa incluyendo únicamente a nacidos en Cuba.
Sus conexiones tuvieron una media de 92.3 millas por hora y lo más espectacular para el designado de los Azulejos de Toronto, que paradójicamente tuvo una de las peores zafras en su carrera, es que 52.6 por ciento de sus batazos fueron a 95 o más millas por hora, ese registro es el tercero más alto en todo el big show.
Gracias a esos impactos, el industrialista exhibió un Hard% (el porcentaje de conexiones fuertes medido por FanGraphs.com) de 40.6 %, superior al 37.9 % del año pasado y el segundo más alto en 2018 por algún cubano, solo por debajo del 40.8 % que impuso Yasmani Grandal.



Puig mandó con poder
A la hora de sacar pelotas del parque, hay dos maneras de hacerlo o de verlo: 1) con palazos que se vuelan la barda con notable facilidad, que incluso son reconocidos cuadrangulares inmediatamente desde que la bola sale del madero, y 2) con esféricas que parecen no querer dejar el campo y apenas cruzan la verja. Yasiel Puig optó por el primer tipo de vuelacercas.
El jardinero de los Dodgers de Los Ángeles dio este año el jonrón más largo para él en la era Statcast (desde 2015), al despachar un bambinazo de 463 pies el 7 de septiembre frente a los Rockies de Colorado, contra los envíos del lanzador derecho Jon Gray. Ese también fue el estacazo de vuelta completa que más distancia recorrió para un jugador de los californianos en la recién finalizada temporada.
Pero para Puig fue cuestión de consistencia, de poder constante. Sus bombazos, que fueron 23 en total, promediaron 413 pies de distancia, el octavo mejor número en todas las Grandes Ligas.



Lo que hubiera sido
Hasta ahora, es un lamento general que Jorge Soler no haya podido disputar esta zafra en su totalidad, a causa de los problemas físicos que lo obligaron a jugar únicamente en 61 compromisos en la que parecía ser la campaña de explosión con los Reales de Kansas City.
Al momento de que llegaran las lesiones y acabara su accionar, el patrullero de los monarcas proyectaba 42.2 dobles, 21.1 cuadrangulares, 66.0 impulsadas, ni hablar de que tenía un OPS de .820.
Pero pasando al tema de este trabajo, su promedio de velocidad de salida fue de 89.6 millas por hora, alrededor de la media de las Mayores, pero en batazos que resultaron líneas o elevados esa potencia aumentó a 96.3 MPH, el décimo número más elevado en la Gran Carpa, lo que sugiere que su cantidad de extrabases habría aumentado. A Soler no le quedará más que esperar hasta el próximo año para, una vez saludable, desarrollar al máximo su poder.



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