Por Franco Miguel Alvariño
Los Rays de Tampa Bay volvieron a ejercer su dominio en la victoria 12×8 sobre los Orioles de Baltimore, en el “Camden Yards”. En la novena entrada, cuando todo estaba resuelto, el principal verdugo de los locales, Randy Arozarena se apareció con un fildeo en el jardín izquierdo que terminó de sepultar las esperanzas de los Orioles en el juego.
La línea de Jorge Mateo no tomó mucha elevación. Desde que la bola salió de su bate amenazaba con picar en lo corto del jardín izquierdo. El guardián de ese territorio, Arozarena, se encontraba lejos de la zona de atención, por lo que la jugada alcanzó mayor espectacularidad.
El cubano si de algo puede presumir es de la velocidad de sus piernas. En esta ocasión la puso en función de la defensa que, combinada con la seguridad de su guante, garantizó una atrapada importante, para ponerle fin al choque.
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Luego de correr varios metros, el pinareño llegó a la bola justo antes de que tocara el césped, consiguiendo un engarce popularmente conocido como “cordón de zapato”
Randy no solo lució a la defensa. Como fue costumbre durante los partidos que sostuvo frente a los Orioles, su bate puso en apuros el pitcheo rival. En la tarde del domingo, 29 de agosto, ligó dos imparables en cinco turnos oficiales al bate, con un remolque, dos anotaciones, una base robada y dos ponches incluidos. De esa forma, su línea ofensiva quedó en .274/.351/.455
AVE/OBP/SLU.
Los números reflejan claramente la seguridad de su guante, pues en su incipiente paso por el mejor béisbol del mundo solo ha cometido una pifia en 175 lances. El error lo cometió este 2021, precisamente como jardinero izquierdo, posición en la que acumula 63 partidos y su promedio defensivo es de .989. También, ha defendido el jardín derecho en 39 oportunidades y el central lo jugó en una ocasión como sustituto.