Razones por las que César Prieto no ha sido contratado fuera de Cuba

Por Yasel Porto  Varios jugadores que figuran en el primer nivel de la actual pelota cubana han logrado insertarse en diferentes ligas profesionales antes y durante la edición 60 de la Serie Nacional, aunque hay otros con la misma y hasta mayor calidad que parece se mantendrán desempeñándose con sus respectivos equipos hasta el final […]

Por Yasel Porto 

Varios jugadores que figuran en el primer nivel de la actual pelota cubana han logrado insertarse en diferentes ligas profesionales antes y durante la edición 60 de la Serie Nacional, aunque hay otros con la misma y hasta mayor calidad que parece se mantendrán desempeñándose con sus respectivos equipos hasta el final de la temporada doméstica 2020-21. 

Dos de los hombres que más impacto han logrado en el certamen son el segunda base César Prieto y el slugger Lisván Correa, y llama la atención que ningún club de los diferentes circuitos caribeños haya puestos sus ojos en estas figuras teniendo ya la libertad de actuar en todas las direcciones posibles. Claro, aparentemente, y por supuesto que voy a ahondar por qué hago la salvedad. 

Me voy a detener sobre todo en el habilidoso jugador estrella de los Elefantes, pues en el caso de Correa estoy convencido que no son los mismos factores los que han incidido en su contra para conseguir trabajo más allá de Cuba.  

Después que quedó frustrada su participación desde marzo en la Liga de Verano de México a causa de la pandemia del COVID-19, no ha trascendido nada más sobre una posible inserción del talentoso cienfueguero en este invierno.  

A mi entender no creo que haya sido por falta de interés. Estoy convencido que varios clubes del área han puesto su vista en un pelotero que evoluciona por día y que para muchos es el mayor prospecto entre los que todavía pertenecen a la Federación Cubana de Béisbol. 

Creo que ha dependido más de esta última entidad el hecho de que no estén ahora mismo en otra parte que defendiendo su liderazgo con Cienfuegos. Para un grupo notable entre aficionados y colegas entre los que también me incluyo, Cuba no ha querido “desesperarse” en este cierre de año con él y así tenerlo como oferta principal para Japón de cara a la temporada 2021. Incluso el acuerdo con MLB vuelve a asomarse en el panorama tras el cambio de gobierno en Estados Unidos, y sería César uno de los candidatos de mayor fuerza para firmar entre los primeros y con un monto importante dentro de los estándares actuales para las firmas internacionales. 

Seguramente habrá quienes se pregunten ahora mismo en qué interfieren esas pretensiones con la inserción del jugador en países como Venezuela, México, Nicaragua o Panamá, pero a criterio de muchos una cosa sí tiene que ver con la otra. 

Se trata del hecho que todos los peloteros que han sido contratados recientemente en nuestra área no generan un atractivo marcado en personas vinculadas directa e indirectamente con las Grandes Ligas (scouts, buscones, etc.) especialmente por su edad, porque años atrás varios de ellos hubiesen logrado un contrato en las Mayores. Dije firmar, no llegar al nivel superior desde el punto de vista deportivo. 

Con Prieto fuera de Cuba es mucho más difícil, no voy a decir imposible, controlar a aquellos que se acerquen para ofrecerle una vía para llegar a las Grandes Ligas más rápida y atractiva económicamente que si permanece en la Isla en espera del citado convenio. 

Ni siquiera Japón ha sido una garantía en tal sentido, Héctor Mendoza y José Adolis, y hasta el propio Oscar Luis Colás son precedentes de talentos notables que han desviado su rumbo y roto con la FCB, que en mi opinión hacen que las autoridades cubanas sean más cuidadosas a la hora de aceptar contratos. 

Me dirá alguien que, si el cienfueguero había firmado en México en marzo, ¿por qué Cuba iba a cambiar de opinión meses después? La respuesta está en que la progresión del jugador ha sido colosal y hoy su impacto mediático y deportivo es mucho más significativo al extremo que para un porciento apreciable de personas es el referente principal de nuestra Serie Nacional. En marzo era uno de los miembros del grupo de avanzada, pero no muchos se aventuraban a situarlo a la cabeza del mismo. 

Es cierto que la FCB logra dinero por estas contrataciones y César hubiera sido una opción más de ingresos, pero es posible que después de sacar la cuenta de lo que se recibe por estas ligas caribeñas no valdría la pena perderlo definitivamente y frustrar una oferta muchísimo mayor en la pelota japonesa donde sí están sonando intenciones de varios clubes, y a un plazo más largo dentro de las Grandes Ligas.   

Aunque en Cuba hay todavía talentos para jugar en cualquier parte del mundo, es clave el siempre contar con una figura cuya mezcla de condiciones y resultados marque la diferencia para así convertirse en una pieza fundamental que tenga una incidencia más colectiva.  

Fíjense si existen ciertos temores con el intermedista de los paquidermos, que un colega y amigo en lo personal fue cuestionado duramente por un funcionario cuando alguien le dijo a éste último que en la entrevista que mi par le realizó al nuevo recordista en juegos seguidos con hit había estado la pregunta de si le gustaría jugar en Grandes Ligas. «Estás incitando a César a que se vaya de Cuba de la forma inadecuada. ¿Por qué no le preguntaste si quería irse a Japón que es una liga tan buena como la de Estados Unidos?», dijo el directivo, quien luego pasó por la penosa experiencia de ver que ese tema nunca fue parte del intercambio. 

De todas formas, habrá quienes piensen que estoy equivocado y considerarán que los motivos de la permanencia de César en la LX Serie Nacional, responda a que la FCB no quiera debilitar demasiado el torneo al mantener a algunos de sus miembros que más aportan al espectáculo y calidad de la justa, o incluso, por increíble que nos parezca, quizá también alguien diga que nadie fuera de Cuba ha querido contar con esta estrella de la actual pelota cubana. 

Es una cuestión de opiniones, aunque la expresada por mí es más un análisis basado en elementos reales que una especulación superficial. La vida me ha demostrado que no estoy tan lejos de la realidad, de la misma forma que afirmo nuevamente que un día veremos a César Prieto debutar en el mejor béisbol del mundo. Ya la forma de llegar hasta allí junto con el resultado en ese béisbol llevan otro tipo de elementos.