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Con un gol sensacional de Brahim Díaz, Real Madrid derrotó 2×1 al Atlético Madrid en la ida de los octavos de final de Champions League.
Se preveía un encuentro trepidante (como le corresponde a cada derbi madrileño), y las expectativas se cumplieron al dedillo. Pedir más emoción habría sido injusto.
El Real Madrid compareció tras caer ante el Betis en LaLiga y afectado por las bajas recientes de Dani Ceballos y Jude Bellingham, en tanto el Atlético Madrid lo hizo con las velas de la autoconfianza a todo dar, sabedor de que pisa la sombra del liderato liguero y con diez choques consecutivos sin noticias del fracaso.
Hacía menos de un mes, en el mismo escenario del Santiago Bernabéu, ambos cuadros habían empatado a uno después de alternar predominio y sensaciones con goles a las cuentas personales de Julián Álvarez (al minuto 35 con penal “a lo Panenka”) y Kylian Mbappé (m.50). Y este cuatro de marzo, de acuerdo con los más cotizados analistas, las opciones estaban divididas.
Rodrygo abrió marcador para Real Madrid
Mejor no podía ser la arrancada. El partido era extremadamente joven cuando Rodrygo recogió un balón al espacio próximo a la banda, superó a Javi Galán en carrera, sorteó a Clement Lenglet para perfilarse y descargó un zurdazo ante el que nada pudo hacer Jan Oblak.
MisterChip no demoró en asegurarlo: aquella diana a los 3 minutos y 26 segundos de partido era la más tempranera del Real Madrid ante los colchoneros en un duelo de eliminación directa, incluidas competiciones nacionales e internacionales.
RMA 1-0 ATM (4') – GOLAZO de Rodrygo a los 3 minutos y 26 segundos, el más tempranero que le marca el Real Madrid al Atlético de Madrid en un partido de eliminación directa (en competición nacional o internacional).
— MisterChip (Alexis) (@2010MisterChip) March 4, 2025
Los problemas del Atlético Madrid por ese sector de campo afloraron de nuevo dos minutos más tarde, aunque entonces no hubo consecuencias: Rodrygo volvió a recibir cerca de la línea, entró al área cuerpeando con Galán y cayó al césped, pero Clement Turpin consideró que el agarrón no había sido suficiente para ordenar el cobro de un penal.
Una cosa era clara: la respuesta de Ancelotti a la colocación de Marcos Llorente en el lateral diestro para frenar las embestidas de Vinicius, estaba funcionando. Simeone había temido al peligro que podía llegar por esa banda, y el Real Madrid lo generaba entonces por la otra.
Al menos durante los primeros compases, fue así. Después de eso, sin embargo, la balanza comenzó a equilibrarse en el atiborrado Bernabéu.
Lejos de entrar en pánico, la visita empezó a ponerle ganas y hasta gozó de alguna opción frustrada por golpeos imprecisos de Giuliano Simeone.
¿Estaba complacido el Real Madrid con aquel gol? Pues no. Así que el grupo se atrevió a seguir tomando riesgos y metiéndole colmillo de tres cuartos de cancha para arriba, lo cual garantizó una primera parte de constante sube y baja, digna de unos octavos de la Champions League.
En medio de esos cruces de intentonas cayó el empate en Chamartín. Y todo sea dicho: si el de Rodrygo fue un golazo, el firmado por Julián Álvarez merece entrar en las antologías del torneo.
Se lo narro a sabiendas de que me voy a quedar corto: “La Araña” se desmarcó a la espalda de Valverde, Camavinga trató de apoderarse del balón, Julián se lo arrancó, salió hacia su derecha y soltó un zapatazo con rosca que besó el palo largo antes de entrar.
De modo que el Atlético Madrid, al poco rato, se marchó a los vestuarios con la tranquilidad como bandera, y al regreso continuó siendo el equipo con más fluidez en las acciones: lo que ocurre es que gústenos o no, en el fútbol lo que vale son los goles, y eso pocos lo entienden con más exactitud que el Real Madrid (y si no que le pregunten al Manchester City).
Brahim Díaz puso el gol del triunfo
Ocurrió al 55’. Metido a un costado del área, Brahim Díaz le rompió la cintura a José María Giménez, no creyó en la presencia de varios defensores y disparó raso y cruzado para batir la meta visitante. El muchacho enloqueció de alegría, se metió en las gradas y obtuvo una tarjeta amarilla de castigo, pero nada podía quitarle la satisfacción de haber garantizado el triunfo de los suyos.
Porque Diego Simeone movió piezas en un esfuerzo estéril. Sacó a Griezmann para meter a Robin Le Normand (ello adelantó a Llorente en el campo, confirmando la tesis de que el madrileño es el Fede Valverde del “Cholo”), y luego quemó naves para acomodar a Alexanxder Sorloth y Ángel Correa en lugar de Rodrigo de Paul y Pablo Barrios. Todo en vano.
Y si la historia no se complicó más para la vuelta fue gracias al propio Llorente, providencial para sacarle de la bota un remate con el que Vinicius habría cuasi sentenciado la pulseada en pleno tiempo de descuento. Al final, victoria 2-1 de Real Madrid sobre Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu
Este dual meet de Champions League se definirá el próximo miércoles 12 de marzo en el Riyadh Air Metropolitano.
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