Peloteros cubanos tras 1ra mitad MLB: Apagón casi general

Michel Contreras

MLB

Han sido treinta los peloteros cubanos que pisaron este año los diamantes de las Ligas Mayores, pero la mayoría no ha podido destacar.

Han sido treinta los peloteros cubanos que pisaron este año los diamantes de las Ligas Mayores, pero la mayoría no ha podido destacar.

Cumplida la parada del Juego de Estrellas, el balance del rendimiento de los peloteros cubanos en MLB 2025 queda en aguas de lo insatisfactorio, dando continuidad a la tendencia a la baja que afloró el año pasado.

Si bien han sido treinta los jugadores nacidos en la Mayor de las Antillas que han pisado este año los diamantes de las Ligas Mayores (el récord es de 33), lo cierto es que la mayoría no ha podido pasar de actuaciones intrascendentes o paupérrimas.

Lo que sigue es mi particular clasificación de los rendimientos individuales de los peloteros cubanos en el presente curso.

Resumen cubano MLB

AÑO ANECDÓTICO

Dairon Blanco (Kansas City Royals)

Después de dos campañas en las que rebasó el centenar de visitas al plato, el camagüeyano ha vuelto a verse limitado al rol de corredor sustituto. Para colmo, ni siquiera ha podido cumplir a plenitud esa función (3 estafas en 5 intentos).

Néstor Cortés (Milwaukee Brewers)

El zurdo apenas hizo dos salidas contrastadas con el uniforme de su nuevo equipo (en la primera lo apalearon, en la otra dominó a placer) y de ahí siguió camino a lista de inhabilitados por problemas en el codo de su brazo de lanzar.

Lázaro Estrada (Toronto Blue Jays)

El muchacho debutó en las Ligas Mayores a comienzos de este mes y se lució con un relevo de cuatro innings, una carrera cuatro ponches, sin conceder boleto. No obstante, la franquicia canadiense optó por reenviarlo a Triple A.

Víctor Mederos (Los Angeles Angels)

Lanzó en abril, lo bajaron a Menores, y este mes lo volvieron a encaramar en la lomita del Big Show para seguidamente devolverlo al nivel inferior.

Víctor Mesa Jr. (Miami Marlins)

El hijo menor de Mesa llegó más lejos que nadie en la familia, pero ahora le queda trabajar para repetir la experiencia. Esta vez, su paso por la MLB se vio constreñido a siete turnos oficiales, un hit, una impulsada, un ponche y par de bases.

Orlando Ribalta (Washington Nationals)

Un gigante de más de dos metros, el santaclareño fue miembro activo del bullpen de los capitalinos en el inicio de campaña, pero problemas en el bíceps derecho lo tienen en el dique seco hace tres meses.

Yosver Zulueta (Cincinnati Reds)

Su temporada se resume en 2.1 entradas. De ahí se fue a Triple A y no ha regresado.

AÑO PÉSIMO

José Barrero (St. Louis Cardinals)

Cada vez está más claro que el vástago del “Fino” García no nació para batear. Al menos, no en la MLB. En 2025 promedió .138 antes de que “Los Pájaros Rojos” lo designaran para asignación, a lo que él respondió declarándose agente libre. Baltimore Orioles le ofreció un nuevo contrato, pero su slash line de por vida (.182/.238/.257) no deja mucho espacio a la esperanza.

Yuli Gurriel (San Diego Padres)

Este año confirmó definitivamente que la mejor versión del espirituano (aquella del título de bateo en 2021) no se repetirá. Un OPS de .339 es irrisorio sea cual sea el pelotero que lo firme. Y si se trata de un titular en cuatro Series Mundiales, aún más.

José Iglesias (San Diego Padres)

Sin hacer ruido, “Candelita” ha roto muchas nueces en las Ligas Mayores: su average de .280 en más de 4500 comparecencias dice todo. Pero en los “Frailes” no ha podido ser el bateador consistente que acostumbra, hasta el punto de andar por debajo de .300 en porcentaje de embasado y slugging.

Cionel Pérez (Baltimore Orioles)

De 2022 a la fecha, la efectividad del zurdo matancero se marchitó a ritmo de vértigo, empezando por un formidable 1.40, degenerando en 3.54 y 4.53, hasta desembocar en el patético 8.31 de esta temporada. Un WHIP de 2.12 explica por qué Baltimore lo designó para asignación y posteriormente lo sacó de la lista de waivers para enviarlo a las Menores.

Luis Robert Jr. (Chicago White Sox)

A todas luces, la escasa competitividad de la escuadra del sur de Chicago ha contagiado al otrora super prospecto, que vivió un 2024 deprimente y ahora ha caído todavía más bajo, coqueteando con la «Línea Mendoza» y con inverosímil slugging de .325.

AÑO GRIS

Yordan Álvarez (Houston Astros)

Tan mal le ha ido a los peloteros cubanos, que hasta el “Big Papi de Las Tunas” pisó en falso. Verdad es que lleva dos meses y medio fuera de servicio, pero también lo es que sus primeras cien veces al bate estuvieron muy distantes de su categoría: tres jonrones y promedio de .210.

Yennier Cano (Baltimore Orioles)

De ser un ‘holder’ de plenas garantías en 2023 (Juego de Estrellas incluido), el derecho ha ido ofreciendo prestaciones menos apreciables cada vez: .286 de average contrario es excesivo, indiscutiblemente.

Adolis García (Texas Rangers)

He aquí otro caso donde el rendimiento no ha podido repetir el pico conseguido en temporadas recientes: del toletero arrollador de 2023 al de hoy hay una merma de más de un centenar de puntos de slugging. Su equipo se ha sentido el impacto.

Andy Ibáñez (Detroit Tigers)

Bateador de pocos registros, ha jugado bien poco en un equipo que navega viento en popa con un camarero (Gleyber Torres) y un antesalista (Zach McKinstry) en medio de campañas respetables. Así y todo ha gozado de 94 presencias oficiales en home plate, y en el famoso trío AVE/OBP/SLU exhibe cifras ampliamente inferiores a las medias de MLB 2025.

Raisel Iglesias (Atlanta Braves)

Entre los peloteros cubanos que juegan este año en las Ligas Mayores, la caída más inesperada (Yordan Álvarez aparte) la protagonizó el cerrador pinero, que venía de una temporada óptima donde fijó efectividad de 1.95, 34 salvamentos y seis triunfos. Pero algo se dislocó por el camino, y resulta que en este minuto pitchea para 4.42 y recibe tres veces más cuadrangulares por encuentro (de 0.5 a 1.7). Eso sí: en sus últimas 14 salidas no ha admitido carrera.

Jorge Soler (Los Angeles Angels)

En una carrera de altibajos, esta es una de esas campañas para dejar en las cunetas del olvido. Una decena de jonrones y 32 remolques pintan la pobre magnitud del desempeño actual del trotamundos habanero.

Miguel Vargas (Chicago White Sox)

Muchos imaginamos que su salida de Los Angeles Dodgers hacia un equipo que le garantizaba titularidad, redundaría en el esperado despegue del muchacho. Pero no ha sido así: juega más, mucho más, pero sigue quedándose bastante por debajo.

Lourdes Gurriel Jr. (Arizona Diamondbacks)

Con todo el talento de que dispone el menor de “Piña Power”, su OPS de .720 (apenas 5 puntos por encima de la media MLB) tiene que ser considerado como decepcionante.

AÑO ESTIMULANTE

Yanquiel Fernández (Colorado Rockies)

Venía haciendo estragos en Menores y le dieron un chance en el primer equipo. El resultado ha sido un bateo de .296 (de 27-8), confirmando las proyecciones que lo ven como un futuro jugador de todos los días en Coors Field.

Edgar Quero (Chicago White Sox)

Con solo 22 años ya es el número uno de la receptoría en Chicago White Sox, y lo ha logrado con un bateo decente y un trabajo destacado con los arreos puestos. Desde Yasmani Grandal no aparecía en la MLB un máscara nacido en Cuba con sus cualidades.

AÑO SÓLIDO

Randy Arozarena (Seattle Mariners)

Desde que acaparó la atención del universo en los playoffs de 2020 no había vuelto a verse tan peligros0 en la caja de bateo: si no se atraviesa una lesión, el mantuano va a cerrar su mejor temporada en jonrones y bases estafadas (ojo con el 30-30), y el OPS+ de 139 que exhibe se ve sencillamente formidable.

Yandy Díaz (Tampa Bay Rays)

A partir de que cumplió los treinta años, el fornido villaclareño regularizó (y de qué manera) su performance ofensivo, al punto que desde 2022 promedia .299 (1929-576) con fortísimo OBP de .375 y OPS de .828.

Daysbel Hernández (Atlanta Braves)

El equipo le ha dado más oportunidades que nunca, y él le ha respondido con elevadas cuotas de eficiencia: un ponche por entrada, cero jonrón en 30.0 innings, 2.10 de PCL, cuatro victorias y siete puntos de ‘hold’. Si algo le resta por pulir es el control, pero de todos modos ya se impone.

Yoan Moncada (Los Angeles Angels)

Una de esas eternas promesas que no cuaja, el ambidextro cienfueguero no ha podido librarse del viejo matrimonio con los problemas físicos, pero es un hecho que viene mostrando una forma de la que no blasona desde 2019, su mejor curso en las Ligas Mayores.  

AÑO ESTELAR

Aroldis Chapman (Boston Red Sox)

El gran holguinero reverdece a los 37 abriles y lo hace con una estadística de máximo calibre: efectividad de 1.18, WHIP de 0.76, ratio ponches/boletos de 5.80. Tal parece que la gasolina le va a dar para rato. Extraordinario.

Adrián Morejón (San Diego Padres)

Libre de las lesiones, el zurdo finalmente pudo enseñar de lo que estaba hecho en 2024, y este año lo está ratificando con números de crack: menos de 2 en PCL, menos de 1 en WHIP, menos de 2 en BB/9, prácticamente 9 en strikeouts por partido. San Diego lo necesita tanto como tal vez San Diego no imagina.

Andy Pagés (Los Angeles Dodgers)

Uno de los contados peloteros cubanos de MLB que quisiera ponerse las cuatro letras en el Clásico Mundial, el pinareño se ganó puesto fijo en los jardines del mejor equipo del mundo con un swing que lo tiene a las puertas de los veinte vuelacercas, más OPS de .804. Orgullo de su tierra.

Yariel Rodríguez (Toronto Blue Jays)

El “Gallero” estuvo mal como abridor en 2024, y esta vez le encomendaron el bullpen. Remedio santo. Tambaleante en marzo y abril, desde mayo se convirtió en un lanzador casi imbateable que llevó su promedio a 2.47, ponchador, controlado y dominante hasta los tuétanos. 28 hits en 47.1 entradas son más que elocuentes.

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