Por Swing Completo
Aunque muchos jugadores han manifestado su simpatía por la forma de dirigir de Rey Vicente Anglada, también existieron casos de los que no lograron entenderse con el estelar exjugador y manager capitalino por disímiles razones.
De todo ese grupo que tampoco se puede decir que sea amplio, fue el destacado slugger y primera base Antonio Scull, a quien el popular estratega considera como el pelotero más difícil que le tocó dirigir. Así dijo sin vacilación en el encuentro ya habitual con Rey en su hogar de Diez de Octubre, esgrimiendo las causas de esa afirmación categórica.
«Su carácter fue la causa principal para yo afirmar que ha sido el pelotero más difícil que me ha tocado dirigir. Hay que ver la formación que tuvo Scull y eso influyó mucho en que hubiera malas relaciones en aquel tiempo porque ya hoy somos tremendos amigos. Tan buena es la relación actualmente que cuando nos vemos por la calle hasta me besa. En realidad, me alegro muchísimo de que las cosas entre nosotros hayan mejorado».
Sobre la envergadura de sus diferencias Rey admitió que las fricciones existentes fueron bastante graves y ejemplificó algunas de las situaciones que tuvieron. «Recuerdo una vez en un meeting antes de jugar contra Isla de la Juventud que aquello fue apoteósico. Cosas que suceden dentro de un equipo de pelota donde hay un grupo de hombres con pensamientos distintos y en ocasiones la dirección tiene que actuar enérgicamente para imponer la disciplina».
La situación a la que hacía referencia el exmanager de los azules fue tan delicada que tuvieron que intervenir algunos jugadores y entrenadores porque aquello había trascendido mucho más allá de palabras y ofensas bien subidas de tono.
«Con Scull nos pasó varias veces que no quiso acatar la disciplina que nosotros decidíamos. Por eso se dieron problemas diversos con él», continuó el mítico número 36 de las selecciones capitalinas.
Otro hecho alrededor de la distención con el bicampeón olímpico se produjo en 2004, en la temporada donde Industriales había perdido a bateadores de alta valía como Kendrys Morales, Bárbaro Cañizares y Javier Méndez. Los dos primeros habían abandonado el país y el último decidió retirarse.
«El tambor mayor era Scull y a la altura del juego 30 nos tocó una gira bien difícil por Granma y Holguín. Por suerte ganamos todos los juegos, pero el último día él nos dijo que tenía que hablar con nosotros. El tema era que nos pidió descansar en un tono un poco autoritario y le respondí que eso no tenía problema alguno. Al regresar a La Habana nos pudimos de acuerdo y le dimos un break. Vino la serie con Metropolitanos y él fue al estadio vestido de civil. Luego de terminar con Metros teníamos un recorrido por buena parte de la zona occidental que cerraba en Pinar del Río. Cuando acabamos esa gira vino el delegado Lay diciéndome que Scull ya quería jugar porque había descansado. Mi respuesta fue que mientras yo no me acordara no lo iba a volver a poner».
Según la historia contada por Rey, Industriales estuvo doce partidos más sin su cuarto bate con un resultado que en esta oportunidad sí fue negativo (4-8), lo que provocó que los directivos del deporte y gobierno de La Habana comenzaran a insistirle cada vez con más fuerza para que volviera a situar al zurdo sanmiguelino en la alineación. «Yo siempre respondía que había que esperar un poco más pues había que dar un ejemplo al resto del grupo, porque si Scull era un bateador muy importante como iba a pedir un descanso en medio de la batalla. Él tenía que morirse con nosotros todo el tiempo».
El ex segunda base habanero dijo que hubo varios miembros del conjunto como Yadel Martí y Yasser Gómez que se le acercaron para que le quitara el “castigo” y le diera una nueva oportunidad, cosa que aprovechó a las mil maravillas y contribuyó con creces al título de los azules en esa campaña.
«Esa medida disciplinaria que tomamos nos resultó muchísimo porque él se echó al equipo arriba en los playoffs y fue un ejemplo a seguir», enfatizó.
Anglada dejó bien claro que esta confesión la hace ahora porque ha pasado mucho tiempo, pues en aquel tiempo ellos manejaban con mucha discreción los problemas internos del equipo. «Nunca le dimos participación ni a la prensa ni a los dirigentes».
Años después de estar distanciados por la acumulación de sus discrepancias se produjo la muerte de la madre de Scull, situación que aprovechó su exmanager para apoyarlo sentimentalmente en un momento extremadamente duro. «Ahí retomamos la relación y hasta el día de hoy, reitero, son las mejores».
Antonio Scull está considerado como uno de los sluggers zurdos más temibles que han tenido nuestras Series Nacionales. Integró el equipo Cuba en los Juegos Olímpicos de 1996, 2000 y 2004 gracias a una ofensiva poderosa que le ganó un respeto entre sus rivales, contribuyendo asimismo a importantes resultados de los elencos habaneros. Su aporte a Industriales en la etapa inicial de Anglada como director del equipo fue vital para los títulos alcanzados por los Leones. Actualmente se desempeña como Comisionado de San Miguel del Padrón y entrenador de las categorías menores de ese territorio de la capital cubana.