Roberto Hernández regresó a jugar en Cuba y ¿le «jodieron» el brazo?

Por Alexander García Milián

El tema ha vuelto a quedar relegado  al hueco del silencio por los medios oficiales en Cuba; sí, el caso de Roberto Hernández, tan saturado de propaganda en su día, ya forma parte del ayer, en todas sus dimensiones.

Y digo ayer haciendo alusión al olvido, al abandono, a la indiferencia; pues si fue el ave fénix que un día renació porque deseo volver y dejar atrás todo lo que había logrado, hoy del talentoso lanzador espirituano nadie dice nada y en la bruma se pierden todos sus buenos números con Sanctis Spiritus en el último torneo sub 23, se pierde su estela de novel figura, de promesa del pitcheo cubano pero nadie dice nada- ¡Pumm, al hueco y punto!-

La mayoría de los comentarios aducen a que se jodió el brazo de tanto queme durante el sub 23 y la posterior preparación rumbo a los Panamericanos de Lima; otros cuchichean que se arrepintió de su decisión, en fin, la polémica se torna dúctil ante los hechos y pide camino para dictar sentencia.

No quiero criticar nada respecto al muchacho, entiendo sus argumentos y ahora mismo pienso en su familia por encima de todo; si quisiera saber que hacen las autoridades y los entes decisores con su persona, cuan cerca han estado de el en estos momentos; también deseo entender el silencio de los medios sobre su estado luego de tantos vítores.

Para muchos ponderados, Hernández fue en su momento la luz al final del túnel, un ejemplo de humildad y patriotismo, con eso se armó un show mediático sin parangón y ahora cuando la senda se tuerce… ¿qué?

La pregunta irrumpe como una tromba y los ecos se pierden de nuevo en el recuerdo de aquella aventura emprendida para llegar al mejor béisbol del mundo y firmar con los Indios de Cleveland; un sueño que muchos añoran y fue desechado así como si nada… ¿para qué?

Es cierto y resulta imperioso resaltar el valor de la familia, ese sentimiento nostálgico que sentimos siempre cuando estamos de casa, pero si el caminar se torna pesado, si el tiempo te vira las cosas al revés y da otra vuelta de tuerca, ¿de qué valió todo?

Los nombres de Maels Rodríguez y Roberto Hernández se cruzan entre los vericuetos que el destino impone; dos espirituanos, dos pitcher con sello de estelares; Maels un supersónico como pocos, Hernández  de los más completos, ambos tocados por la frustración, por las consecuencias del sueño que tuvieron un día, el mismo que de a poco se convirtió en tempestuosa pesadilla.

Nos vemos a la vuelta.

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