En la existencia de Serguey Linares los acontecimientos se precipitaron velozmente: en 2002 debutó en el béisbol cubano con la franela de su Pinar del Río natal; en 2005 salió clandestinamente de Cuba; en 2007 lo convocaron al Juego de Futuras Estrellas; y en 2015 se quitó la vida luego de hacerle lo mismo a su novia.
Este siete de febrero de 2025 se cumplirá una década de aquel suceso lamentable. El gigante de casi dos metros entró en una peluquería al oeste de Miami-Dade y dis**ró a una empleada que había sido su pareja durante algunos años. Después de eso, apuntó contra sí mismo.
El acontecimiento ocupó titulares en numerosos medios. Se supo que la mujer agredida era Aquilina Nino García, una panameña con 19 abriles más que Linares, madre de un hijo y con largo tiempo de trabajo en el local. 72 horas después, los reportes dieron cuenta de que también ella había falle**do, de modo que los motivos del fatal desenlace quedaron para siempre en el misterio.
Solo dos temporadas en el béisbol cubano
Serguey Linares fue un robusto lanzador derecho que podía lanzar a 95-96 millas por hora, si bien sus problemas de control afectaron a menudo la calidad de su estadística en el béisbol cubano y fuera de él: 4.76 boletos por juego en Series Nacionales y 5.3 en las Ligas Menores de Estados Unidos, dan fe.
Así, a su paso por el béisbol cubano enseñó la potencia de su brazo sin llegar a deslumbrar con el resultado de un trabajo que se resumió en siete triunfos, diez reveses, dos salvados, efectividad de 5.59 y WHIP de 1.59.
Tras apenas dos temporadas cumplidas en la Isla, Serguey Linares partió rumbo a República Dominicana con el sueño de llegar a Grandes Ligas. Allá estuvo dos años tratando de conseguir una visa de trabajo para ingresar en Norteamérica, a lo cual lo ayudó el conocido representante Jaime Torres.
Se dice que en 2006 estuvo cerca de un acuerdo con Boston Red Sox, pero la posibilidad se vino abajo debido a una rotura parcial de ligamentos por una deformidad en los huesos del hombro derecho. No obstante, luego firmó un contrato de ligas menores con Pittsburgh Pirates por 125 mil dólares.
Su rendimiento, ciertamente, no fue bueno (PCL de 4.70, WHIP de 1.55). Pero algo le vieron y Linares apareció en el roster del Juego de Estrellas del año 2007, al cual no asistió debido a una lesión.
Por desgracia, al cabo de un tiempo ya quedaba poco del pitcher rapidísimo que estuvo en el béisbol cubano, y la caída abrupta de la velocidad de sus envíos (bajó a 86-88 mph) provocó que resultara despedido.
Desde entonces no hubo noticias de él hasta aquel trágico día de 2015.
Alguien que fue su coequipero en el béisbol cubano, el exligamayorista Alain Soler, declaró al El Nuevo Herald tras su deceso que, Linares era “un muchacho callado, humilde y tranquilo”, y agregó: “Nunca pensé que tendría la mentalidad para hacer lo que hizo”.