Por Kiara González
La segunda entrega del segmento Swing Caliente de nuestro canal de YouTube presentó a Lázaro de la Torre y un tema que siempre resulta interesante para los amantes del béisbol: la dirección de Industriales.
Llevar las riendas del equipo más ganador de la pelota cubana es un reto difícil para cualquiera; sin embargo, es un puesto que más de uno desea.
Es cierto que algunos, como De la Torre, han demostrado tener el temple para conducir a los leones, pero no basta con desearlo y contar con las condiciones, pues a la manera de ver del expelotero capitalino debes cumplir con ciertas características que permitan la aprobación definitiva para hacerse con el cargo.
El brazo de hierro, como le apodaron por las hazañas que logró durante 20 temporadas en la pelota cubana, es a simple vista un “tipo” recto. Y esa, creo, es la mejor palabra para describir su personalidad.
“Siempre la gente me pregunta por qué no dirijo Industriales”, inició contando De la Torre. “Lo primero que me achacaron (los que deciden quien en definitiva es el responsable de realizar esa tarea) fue que yo era demasiado disciplinado, que era muy recto; es decir, habría que ser un poco jorobado o indisciplinado, pero yo no soy así”, sentenció.
En la capital hay una tendencia hacia la selección de otroras estrellas de nuestra pelota para dirigir a Industriales. Lázaro de la Torre acumula reconocimientos y méritos para hacer el grado e increíblemente, lejos de lo que muchos aficionados han querido siempre, jamás ha sido fuerte contendiente a ocupar esa plaza, para la cual en otras instancias ha demostrado entender cómo llegar al éxito.
“Nunca me lo han dicho”, refiere de manera categórica sobre la posibilidad de ser el manager de Industriales o al menos de formar parte del equipo. “Pero suponiendo que así hubiera sido, no podría estar porque directores y dirección en general, le permiten cosas a unos y a otros no”, continuó.
Y ahí entra a jugar una de sus grandes virtudes: la seriedad en el entrenamiento, misma que inculca a los jóvenes del equipo de Plaza de la Revolución, convirtiéndolos en un conjunto de avanzada tras varios años en el sótano de la tabla a nivel provincial.
Para él, “el que juega regular constantemente debe tener un poquito más de derechos que otros que no juegan nunca pero no hay por qué permitirles indisciplinas y cosas que se le han tolerado aquí a muchos peloteros”, explica De la Torre, en un acto de sinceridad, tan propio de su manera de ser.
“Ya ahí no estaría de acuerdo, lo que iría en contra de la dirección y por eso entonces no estoy ahí”, aseveró.
La última vez que Industriales logró el campeonato fue en 2010 bajo la égida de Germán Mesa. Los fanáticos al equipo insignia de la pelota cubana reclaman por la incapacidad de triunfar y casi siempre culpan a los jugadores de no tener buenos resultados.
Pese a las dificultades que enfrenta nuestro béisbol a nivel nacional y ante la continua transformación de las selecciones por el éxodo masivo de peloteros, De la Torre considera que “tenemos un equipo bueno pero influyen y determinan muchas cosas”.
No sería la primera vez que se hable de “indisciplinas, desacuerdos entre peloteros y dirección y entre peloteros propiamente” como las principales causas de la sequía ganadora de Industriales. “También está la trasnochadora, las salidas, y hay veces en que no puede ser así. Cuando toca descansar más, hay que hacerlo”, dice.
“Muchas veces ponen el ejemplo de Casanova, que si era un borracho, y yo digo: ‘A Casanova le gustaba tomar pero no era un borracho’, sin embargo podía haber durado 20 o 30 años y duró 12, 14 o 15’. A mí mismo me lo decían: ‘vi a fulano a las tres de la mañana en la Casa de la Música’ teniendo juego al otro día. Son cosas que influyen. Entonces, hay que tener un poquito más de control cuando se está en playoff o discutiendo un juego de gran importancia”, subraya.
Después del 2010 que terminó Germán sus funciones como manager se han probado varias fórmulas siguiendo el mismo parámetro de que grandes peloteros asuman el mando. Entonces, le tocó el turno a Lázaro Vargas, luego a Javier Méndez, ambos con opciones pero sin título. Cuando Javier por cuestiones personales debió retirarse de la dirección, quedó un vacío. Inició una crisis que terminó con la decisión salomónica de entregarle el mando a Víctor Mesa, cuanto todo parecía indicar que Guillermo Carmona era el elegido.
“Se decidió que Carmona iba a ser el manager y le pusieron a Víctor por el medio”, recuerda De la Torre. “Apenas una semana antes de que se diera a conocer la noticia, yo estaba conversando con él (con Carmona) pues desde que dirigiera aquel equipo de Industriales con el que hice la hazaña contra Pinar del Río nos hemos llevado muy bien. Le hicieron esa basura (…) Ya habían dicho que era Carmona, y se apareció no sé quien por orden de quien, diciendo que el manager era Víctor Mesa”, agregó.
Esa situación generó gran malestar en la fanaticada y algo más que decepción para Carmona, que en definitiva tiempo después apareció como parte del cuerpo de dirección de Rey Vicente Anglada, quien regresó con los Leones durante las dos pasadas campañas.
Concluido por voluntad propia el mandato de Rey, entonces la Dirección Provincial de Deportes, ya sin opciones, nombró a Carmora al frente de la seleccionado. “Después de estar como coach de tercera con Anglada, lo que quiere decir que pusieron a Anglada por delante de él, ¿ahora aceptar como director? Vaya me parece que a veces uno tiene que tener un poco más de orgullo y no dejarse humillar”, reflexionó a la vez que recordaba que “soy muy amigo de él, de los tantos directores que he tenido, él es de los mejores”.
“Conmigo esas cosas no pueden pasar”, reafirmó convencido.
Pero, ¿qué hubiera respondido De la Torre ante un llamado para dirigir al equipo? “Simplemente si me ponían a dirigir lo hacía, con tremendo amor”, aseguró. “Si no me ponen, igual me da y ya en estos momentos es más difícil porque este proyecto (sub 23) tengo que atenderlo yo porque sé que cuando venga otro no será lo mismo. Lo más probable que cuando llegue la decisión sea demasiado tarde. Por ahora no pienso esas cosas”, concluyó.
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