Cuando se dice que Shohei Ohtani es un «fenómeno», no se está sobrevalorando al nipón, de eso nada.
Cada día que pasa el jugador bidireccional de Los Angeles Angels impresiona más. Ya no se trata solamente de batazos descomunales y pitcheos dominantes.
Ohtani, también es uno de los peloteros más rápidos en Las Mayores, incluso con habilidades para robar bases.
«Showtime» es el tercer jugador que menos juegos ha necesitado para llegar al menos a 40 jonrones (HR) y 15 bases robadas (BR) en una temporada.
El bateador zurdo de 29 años de edad necesitó 112 encuentros para lograr dichas cifras está contienda. Solamente Christian Yelich (109 juegos en 2019) y Ken Griffey Jr. (111 choques en 1996) pudieron alcanzar estás marcas en menor cantidad de partidos.
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Yelich en 2019 con Milwaukee Brewers terminó la campaña con 44 bambinazos y 30 bases estafadas, finalizando en el segundo puesto por el MVP de la Liga Nacional.
Griffey Jr., el legendario jardinero central de Seattle Mariners, fue cuarto en la lucha por el premio MVP de la Liga Americana en 1996. Culminó el año con 49 vuelacercas y 16 bases robadas.
Este año Ohtani pudiera convertirse en apenas el quinto jugador en la historia de las Grandes Ligas que acumula 50 HR y 20 BR en una temporada. Ya lo consiguieron:
Ken Griffey Jr. (Mariners, 1998): 56 HR, 20 BR.
Alex Rodríguez (Yankees, 2007): 54 HR, 24 BR.
Willie Mays (NY Giants, 1955): 51 HR, 24 BR.
Brady Anderson (Orioles, 1996): 50 HR, 21 BR.
Además, Shohei Ohtani es uno de los dos lanzadores con 10 o más juegos lanzados en una temporada que registra al menos 15 HR y 15 BR ese año.
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El estelar jugador de Angels lo alcanzó con creces en par de ocasiones. En 2021 (46 HR, 26 BR) y este año que ya ostenta 40 HR y 15 BR.
Bullet Rogan, la estrella de las Ligas Negras (ya contempladas como MLB) lo hizo en 1922 con Kansas City Monarchs cunado disparó 15 cuadrangulares y se robó 16 bases en 241 veces al bate.
La combinación de poder-velocidad que exhibe Shohei Ohtani es impresionante. La mega estrella japonesa no parece tener límites en el campo de juego. Es el béisbol personificado, el pelotero perfecto que siempre se soñó.