Víctor Víctor Mesa, lo mejor de Cuba en la Arizona Fall League 2019

Por Juan Páez

En lo que debe ser un acto esperanzador de Víctor Víctor Mesa, el jardinero comandó a los cuatro cubanos que estuvieron presentes en la Arizona Fall League, el circuito donde año a año se concentran importantes prospectos luego de finalizar la campaña de ligas menores. Mesa compartió el torneo con sus coterráneos Omar Estévez, José Israel García y Daysbel Hernández.

Pese a que el joven perteneciente a los Marlins de Miami no dejó números brillantes a la ofensiva con los Salt River Rafters, su actuación durante todo octubre en la mencionada liga, que terminó el pasado sábado, es una bocanada de aire fresco para su organización.

El mayor de los hermanos Mesa terminó con promedio al bate de .271, gracias a 19 imparables en 70 viajes legales al plato. Pegó cuatro dobles, remolcó seis carreras y anotó en 10 ocasiones.

Víctor Víctor Mesa negoció tres bases por bolas y se ponchó en 12 oportunidades. Su desempeño incluyó tres bases robadas y dos outs en intento de robo. Su línea final quedó en .271/.297/.329, tras 17 compromisos con el equipo que se tituló campeón de la justa 2019.

Con una defensa probada y una velocidad bastante respetable, el nacido en Santa Clara podría estar no muy lejos de recibir el llamado a Grandes Ligas. Esto es aun más probable si se toma en cuenta que los Marlins son un conjunto en reestructuración que prioriza oportunidades para su talento emergente.

Le siguieron

Estévez y García, de los Dodgers de Los Ángeles y los Rojos de Cincinnati, respectivamente, compartieron equipo en el circuito otoñal. Ambos jugaron para los Glendale Desert Dogs y aunque no retumbaron con el madero, tampoco decepcionaron.

Estévez conectó dos dobles, fletó 10 rayitas, anotó nueve, recibió nueve pasaportes y se ponchó 16 veces. En total, dio 19 incogibles en 77 chances válidos, lo que le ayudó a formar una línea de .247/.330/.273 en 20 desafíos.

En el caso de García, fue el único que se voló la barda (lo hizo solo una vez). En 61 turnos oficiales, ligó 13 hits, entre ellos tres biangulares. Produjo nueve anotaciones y recorrió ocho veces el diamante. Se estafó tres almohadillas y lo atraparon en una oportunidad.

Tomó cinco pasaportes y cayó en 12 ocasiones por la vía del tercer strike. En 16 juegos registró una línea de .213/.290/.311.

El único lanzador antillano presente en la AFL, Hernández, mostró problemas de control durante todo el corto torneo.

El perteneciente a los Bravos de Atlanta otorgó 10 pasaportes en 11.1 entradas de trabajo, le pegaron nueve imparables y le fabricaron seis carreras limpias. Ponchó a seis rivales y salvó un encuentro.

Su efectividad fue de 4.76 en ocho apariciones, todas como relevista.

Este grupo de tres, obviando su accionar en esta edición de la Arizona Fall League, podría estar en camino directo a las Mayores.

Sus números en ligas menores, entre Clase A fuerte y Doble A, los tienen en la senda correcta para llegar, quizás más pronto que tarde, al big show.

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