El Barclays Center de Brooklyn recibió la noche de este sábado 20 de abril, en su cartel principal, la pelea por el Título Mundial Superligero de la WBC, entre el Campeón Davin Haney (31-1;15 KOs) y Ryan García (25-1; 20KOs).
Los fanáticos del arte de los puños esperábamos mucho más de un Haney, que claramente sobrevaloró el juego de “Flash”, y quiso finiquitar la pelea intercambiando frontalmente contra el mejor gancho izquierdo desde las 135 hasta las 140 libras. El resultado ya lo conocemos todos: varias visitas a la lona.
Hay muchas formas de vencer el juego de Ryan García y ninguna es intercambiando parado en la media distancia. Todos sabíamos que el de raíces mexicanas traía como mejor carta una velocidad de manos descomunal, y esperábamos que Davin Haney no se metiera allí a donde esas manos poderosas iban a ir. Esa era la zona a evitar durante toda la pelea.
¿Hizo Davin Haney todo lo que debía para ganar la pelea o sobrevaloró las mejores habilidades de Ryan García?
“King Ryan” con una defensa demasiado estática, muy dependiente de su velocidad de golpeo supersónica y ansioso por aterrizar sus manos, deja detrás huecos en su defensa, como el aprovechado por Gervonta Davis para llevarlo a la lona, en un intercambio donde Ryan García soltó uno de sus jabs fuera de distancia y quedó sin defensa alguna para frenar el contraataque. Davin Haney se debió mirar en ese espejo.
“The Magic” es un boxeador más completo, con un mayor bagaje al más alto nivel, con todos los títulos ligeros en su poder y grandes victorias sobre George Kambosos y Loma, esta última muy cerrada y polémica. Capaz de meterse en aguas profundas por la victoria, pero en esta ocasión hizo el único juego que encaja a la perfección con las potencialidades de su rival.
Parece que tanto Davin Haney como su esquina se creyeron la historia de que Ryan García era solo un “Tic Toc fighter”, sin embargo sus habilidades al ataque son reales. Carga mucho poder y un gran timing en su gancho behind jab y en su upper al encuentro. Posee efectivas y no duda en poner presión en el momento adecuado. Esto lo dejó claro en su victoria contra el inglés Campbell, un hombre con una dilatada trayectoria amateur y que cayó fulminado tras un potente gancho al hígado, mientras cerraba su rostro en una guardia demasiado alta.
Davin Haney no tiene en su jab la velocidad de Ryan García, posiblemente no la tenga en ninguno de sus golpes. Sin embargo es sorprendente su rapidez de entrada y salida al ataque, mostrada contra Kambosos, al cual hizo quedar mal, haciéndolo reaccionar un segundo tarde en la mayoría de los intercambios.
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Esa pelea de entrar, descargar y salir, e ir mellando la estructura de García, así como su paciencia, obligarlo a desplazarse, apurarse y abrir su guardia, eran opciones muy viables para el champ.
El mexicano está adaptado a las peleas de riposta, por lo que en esta situación es más peligroso que cuando persigue a sus rivales y trata de romper la media distancia. Sin embargo, tres libras de más en el pesaje eran un signo claro de que venía pesado para intercambiar, otra razón de peso para que el campeón se dedicara a desplazarlo por todo el ring, pero no lo hizo.
Todos sabíamos que si Ryan García lograba mantenerse impasible y colocar sus manos con potencia, las luces del campeón se podían apagar temprano. No es el peleador que te va minando con trabajo arriba y debajo, entrando y saliendo, con buenos movimientos de cadera y abriendo espacio para sus golpes. Es un hit man que busca ponerte en malas condiciones con un solo golpe y lo ha hecho muchas veces. Su mejor defensa es su ataque.
Desde un punto de vista técnico, “King Ry” tiene un juego bastante limitado, muy fácil de descifrar y con una dependencia casi total de su velocidad de ataque. Haney tenía muchas formas diferentes de encarar esta pelea para llevarse la victoria, pero decidió hacer la épica y se vio superado casi en todos los intercambios, queriendo superar las mejores habilidades de su rival: velocidad de manos y poder, sin tener con que equipararlas.
Todos esperábamos un planteamiento muy distinto del monarca y amplio favorito, pero una vez más queda demostrado: “Señoras y señores, esto es boxeo y todo puede suceder”.
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