YA ESTO PASÓ ANTES: Aroldis Chapman tiene con qué reivindicarse

Por Juan Páez La temporada de Aroldis Chapman dio un vuelco dramático en junio. Luego de exhibir un dominio impresionante en los dos primeros meses de la temporada 2021 de Grandes Ligas, se su rendimiento se torció a niveles extremos nunca antes vistos. Pero aunque el escenario sea turbio para el zurdo cubano, este sigue […]

Por Juan Páez

La temporada de Aroldis Chapman dio un vuelco dramático en junio. Luego de exhibir un dominio impresionante en los dos primeros meses de la temporada 2021 de Grandes Ligas, se su rendimiento se torció a niveles extremos nunca antes vistos. Pero aunque el escenario sea turbio para el zurdo cubano, este sigue derrochando calidad y velocidad sobre la loma, factores que debe combinar con ciertos ajustes para salir del episodio negativo por el que atraviesa.

Para ponerlo a usted en contexto, el cerrador de los Yankees de Nueva York tiene nueve apariciones desde el 10 de junio. En ese periodo, desperdició tres oportunidades de salvar y se anotó tres derrotas. En 5.2 episodios durante ese tramo, Chapman toleró 14 hits, 15 carreras (14 limpias) y cuatro jonrones. También otorgó nueve bases por bolas, dio un pelotazo y ponchó a seis rivales, que le batearon para frecuencias de .483/.615/.931 y le causaron una efectividad de 22.24.

Como producto del mal desempeño en el sexto mes del año, el espigado lanzador vio disparar su promedio de carreras limpias permitidas de un minúsculo 0.39 a 4.71.

Otros números que podrían resultar preocupantes sobre Chapman son su porcentaje total de strikes y su porcentaje de strikes abanicando, que han bajado notablemente considerando lo que hizo hasta el 10 de junio…

Entre el 5 de abril y el 6 de junio:

· Porcentaje de strikes: 66 %

· Porcentaje de strikes abanicando: 19 %

Entre el 10 de junio y el 4 de julio:

· Porcentaje de strikes: 56 %

· Porcentaje de strikes abanicando: 8 %

Por si fuera poco, este es el peor periodo de nueve juegos para Chapman en su historia en las Mayores. Nunca jamás había concedido tantas carreras limpias, ni tantos jonrones como ahora, pero no todo es tan negativo para el antillano, que acaba de ser electo al Juego de Estrellas de la presente campaña y va a su séptima edición del tradicional encuentro.

Lo positivo para Aroldis es que, entre su abrumador dominio vitalicio y aunque a menor escala, esto lo ha vivido.

Por ejemplo, en 2017, cuando volvió a los Yankees luego de ganar la Serie Mundial con los Cachorros de Chicago, tuvo un bajón en su desempeño durante agosto. En 7.0 entradas y siete presentaciones entre el 11 y el 25 de ese mes, perdió dos juegos y botó una oportunidad de salvar. Pero además de eso, aceptó siete hits, ocho carreras limpias y tres cuadrangulares, junto con seis bases por bolas y un pelotazo (10.29 PCL). Lo que vino después, justo con el comienzo de septiembre, fue puro dominio. Chapman cerró aquella campaña por lo alto, con 12.0 innings en blanco de solo tres indiscutibles, dos boletos y 17 abanicados.

Julio de 2019 es otro gran ejemplo. El siniestro, que anda por su duodécimo torneo en las Mayores, desperdició tres chances de salvar y se anotó una derrota entre el 4 y el 31 de julio. En tal lapso, le pegaron nueve hits y nueve carreras (ocho limpias) en 8.2 capítulos de trabajo, en los que dio 11 transferencias y permitió un vuelacerca (8.31 PCL). Pero entre agosto y septiembre, Chapman salvó 10 veces y tiró 15.1 actos de seis incogibles y una rayita merecida, cinco pasaportes y 26 ponches.

Como para creer con más fuerza que la reivindicación puede estar a la vuelta de la esquina para el isleño, no hay cambios en su velocidad, tampoco en su manera de enfrentar a los bateadores.

Por ahora, debe tratar de darle vuelta a la página, de disfrutarse el Juego de Estrellas y de superar su mala racha con una sólida segunda parte de la campaña. Los Yankees lo necesitan para ganar.