Yamichel Pérez y el traspaso de peloteros en la pelota cubana

Kiara Gonzalez

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Por Alexander García

Después de la pausa por el Juego de Estrellas en la Serie 60, parecía que encontraba su camino en la temporada, que regresaba a su mejor forma, pero no. Si bien pudo mejorar, Yamichel Pérez no fue el mismo de la Serie 59; pudiera pensarse que el regreso a casa, el volver a vestir la camiseta de los Gallos de Sanctis Spiritus no le asentaba, ya había asimilado su condición de campeón nacional con los Cocodrilos de Matanzas.

Al instante de escribir este texto, ya se anunciaba de forma oficial que el talentoso zurdo espirituano iría para Matanzas y a casi seis meses de iniciar la Serie Nacional número 61; esta movida ya enciende el fuego de la rivalidad antes de comenzar el evento.

Hay una realidad, si los Cocodrilos ganaron en la Serie 59, fue en gran medida por tener un hombre como Yamichel en el bullpen; Rodríguez fue el talismán, el paño de lágrimas, fue todo para Armando Ferrer y sus números lo empujaron bien arriba en el contexto mediático del país, al punto de ponerlo entre los mejores zurdos de la Serie.

Hablamos de un pitcher que a simple vista no impresiona mucho, pero si bien no tiene una recta supersónica, si sabe lanzar pegado, cierra a los bateadores, la pone en la zona baja, bordea las esquinas y eso, junto a sus lanzamientos rompientes, lo vuelve un pitcher indescifrable.

El tema de la identidad otra vez vuelve a emerger, pues el regionalismo como un lastre vigente, lacera todo y si además le añadimos al fenómeno, la deficiente perspectiva profesional de la pelota cubana; el asunto puede incomodar a muchos.

Al parecer la experiencia de Edilse Silva previo a la Serie 60, sirvió de enseñanza a algunos, pues de un modo insólito se le obligó al pelotero a permanecer otro año en Santiago de Cuba, a pesar de que el atleta residía en Holguín junto a su esposa.

Hago el paréntesis y utilizo la analogía con el caso de Edilse, porque al parecer las cosas con Yamichel, quien vive en el municipio Cárdenas, van saliendo de un modo más fácil, todo caminando hacia un puerto seguro, sin ataduras ni burocratismos, como si en Matanzas hubiera un ente aparte para resolver estos casos.

Ya con el caso de Erisbel Arrebarruena paso algo similar, pues cuando en Cienfuegos le pusieron mil trabas para su regreso, en la Atenas de Cuba le facilitaron todo y ahí está.

No pretendo hacer leña del árbol caído ni por el estilo, no; solo deseo que las cosas se hagan bien de un modo general, que las tendencias para resolver los problemas sean iguales en cada lugar y si las autoridades deciden actuar de una manera que sea asi por un espacio de cinco, seis u ocho años.

Resulta insólito que hasta el año pasado se haya actuado de una forma y en esta se cambie; como se mire es incómodo.

No obstante si se decide las cosas bien, pienso incluso que con Yamichel se puede sentar un referente, tal vez hasta legalizar con seriedad estos temas y que asi permanezca, para bien de todos.

En este punto, también me terminaba el trabajo, ya se hacían oficiales los traspasos de Yasiel Santoya a Industriales y de Moisés Esquerré a Sanctis Spirítus, por solo mencionar, los dos de mayor connotación.

En teoría, se afirma que fueron movimientos por dos temporadas, es decir, Serie 61 y 62 para exacto; entonces al parecer las cosas toman un cariz diferente, mucho más serio, para bien, solo espero que para septiembre no aparezca nada nuevo y todo camine sin tropiezos.

Nos vemos a la vuelta.

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