Yankee por siempre… hasta la muerte

Daniel De Malas Andreu

Actualizado en:

Por Alexander García Milián Es quizás un día de octubre como hoy, quizás un día octubre como hoy pero el tiempo dio marcha atrás y regresa al Yankee Stadium en 2009; la cara de Joe Girardi lo dice todo, está delante en la serie 3-2 y no sabe qué hacer, a golpe de huevos pone…

Por Alexander García Milián

Es quizás un día de octubre como hoy, quizás un día octubre como hoy pero el tiempo dio marcha atrás y regresa al Yankee Stadium en 2009; la cara de Joe Girardi lo dice todo, está delante en la serie 3-2 y no sabe qué hacer, a golpe de huevos pone a Andy Pettitte como abridor del juego seis y hasta el jonronazo de Ryan Howard por el left field todo marchó bien, de hecho, el viejo Pettitte cumplió- como dirían todos con posterioridad- sí, cumplió, el también zurdo Dámaso Marte aguanto el empuje de Filadelfia y el juego siguió caminando…

Por otra parte… en mi casa acaba de entrar el primer DVD nuevo, marca Sony; aquello fue como a mediados de 2009 y en noviembre cerrando aquel año del segundo clásico, de la tortura nipona, en aquel noviembre hace ya casi diez años exactos, llegó a mis manos el disco con los juegos de la Serie Mundial entre Yankees y Filies, una locura, locura total.

… Entonces Hideki Matsui mira con cara de asesino al pitcher, había castigado a todos, a Cliff Lee, a Cole Hamels, a Happ, hasta Pedro “el Grande” – Pedro Martínez- había sufrido con el japonés… el tiempo otra vez se congela … Mike Piazza le conecta un sólido batazo por el center field a Mariano Rivera, Bernie Williams la mira, parece medirla bien, se vuelve de espaldas y al voltearse la captura con comodidad- ¡ Los Yankees son campeones !- fue la escena final de la famosa Serie del Subway en el 2000, nueve años más tarde regresa Hideki Matsui con su cara de asesino…

– ¡Conecta largo, largo por el right field… díganle que no a esa pelota!- es 2009 y los Mulos de Manhattan ganan su anillo 27, otra vez Rivera salta como loco, piensa en Colón, en su querido pueblo allá en Panamá, todos saltan también, la historia se pinta sola de nuevo y los protagonistas son otros, los Yankees de Nueva York, los más grandes.

La historias, bueno… mis historias con los neoyorkinos una vez, como casi siempre, pasan por Cuba, pues a finales de 2003 la salida de Conteras hacia Estados Unidos era un hecho, todo era rumor y “bola”- ¡Contreras ya está con los grandes, firmo por los Yankees!- me dice José Luis, el tipo que hacia los mandados allá en mi pueblo, uno de esos fanáticos a morir que pasan sus días en la Isla.

Todos hablaban de aquello, que si había firmado por tantos millones, que si había terminado con los dedos en sangre viva por la knucleball ante los Mellizos para dar una épica lechada y no bajar a tripe A, más aún… ¡el Duque y Conteras junto!… aquello era lo máximo, nunca había visto lanzar a Orlando en Cuba pero- ¡el Duque es el Duque!-

En 2003, Marlins y Yankees van a la Serie Mundial, por un lado nacen estrellas, Miguel Cabrera y Josh Becket, por el otro lado las leyendas vivientes, Jeter, Bobby Abreu, Jason Giambi, Aaron Boone… Orlando Hernández- ya saben- desde 2001 tras aquel sencillo remolcador de Luis Gonzalez, los Yankees no iban a discutir el campeonato, esta vez, dos años después, al repetir, también perderían con los de Florida.

Pero la mística de los elencos ganadores siempre les rodea, es un halo inmenso de imponente grandeza que a todos logra sumir; tendrían que pasar seis temporadas para que en 2009, los bombarderos llegaran otra vez a la World Serie y tras un comienzo de temporada que incluyo una espeluznante barrida ante los Indios, tras clasificar a postemporada, ni Minnesota con el mvp, Joe Mauer, ni los Angelinos de Soccia pudieron con el empuje neoyorkino… en la final, ya saben la historia.

Desde entonces ha llovido bastante, un presidente negro llegó a la Casa Blanca, los Patriots de Tom Brady hicieron historia en la NFL, los Warriors implantaron dinastía en la NBA; por su parte en el béisbol, San Francisco marcaba la pauta con par de anillos en años alternos, los Cachorros rompían su eterna maldición y los Yankees – con elencos muy potentes- veían marcharse una tras otra a sus estelares, Jeter, Pettitte, Mariano y nada de llegar siquiera a otra final.

Hoy, a finales de octubre de 2019, otra oportunidad para ganar la Serie Mundial se fue, el Yuli Gurriel, otra vez en escena fungió como castigador de Nueva York; Chapman sufrió para sacar out, ya dicen incluso que Boone sacó pasaje  de seis meses para la Polinesia y que Cashman anda preparando la nueva bomba mediática- el 28 en el 2027- a estas alturas, no sé.

Es una profunda sensación de pesimismo extremo que me invade y hace ver las cosas diferentes; pienso entonces que Girardi estuvo diez años, empezó con tremenda banda, Cano, Alex, Jeter, Teixeira; quedó fuera en 2007, 2008 y en 2009, a la tercera… fue la vencida, como ya conocen… ¿Por qué no puede pasar otra vez?- me digo y pienso en Judge, en Stanton, en Gleyber Torres, Tauchman, Voit; Severino, Germán… Chapman.

La pasión por los Yankees es algo que me da tanta vida como el abrir los ojos cada mañana y saber que sigo aquí…Hoy tampoco fue, tal vez sea mañana.

Nos vemos a la vuelta.

Deja un comentario