Yasiel Santoya y los fantasmas de la desilusión

Por Alexander García Ahora mismo, Yasiel Santoya parece haber encontrado el rumbo en esta Serie 60, lució inmenso ante su otrora equipo, Sanctis Spíritus, el pasado fin de semana en el Victoria de Girón, con jonrón decisivo en el último juego. Y este martes ante Guantánamo, siguió de largo con par de indiscutibles. Tal parece […]

Por Alexander García

Ahora mismo, Yasiel Santoya parece haber encontrado el rumbo en esta Serie 60, lució inmenso ante su otrora equipo, Sanctis Spíritus, el pasado fin de semana en el Victoria de Girón, con jonrón decisivo en el último juego. Y este martes ante Guantánamo, siguió de largo con par de indiscutibles.

Tal parece que vivimos un renacer de este atleta y el mismo comenzó el pasado jueves, con una tarde espectacular en el José Ramón Cepero ante Ciego de Ávila; un partido en el cual bateo de 5-3, para comenzar a darle esperanzas a sus seguidores, no solo en Matanzas sino en Cuba entera.

El rendimiento de Santoya fue vital para el triunfo de los matanceros, pues de este modo los Cocodrilos evitaron la barrida ante los Tigres de Ciego de Ávila y sí, después de ese jueves, las dudas comenzaron a ceder respecto al desempeño del primera base yumurino.

Estimados lectores, otra vez regresa este tema polémico, el de las acciones sin sentido y los errores de los directivos del béisbol en Cuba. El tópico de las injusticias cometidas contra determinados atletas entra a colación, esta vez para analizar la situación dada con Yasiel Santoya, un pelotero que pudiera estar tirando sus últimas salvas en la pelota cubana.

A estas alturas de la Serie 60, cuando ya se camina rumbo al juego 50 de la temporada, muchos comentan sobre el bajón ofensivo de Yasiel Santoya, uno de los baluartes del equipo Matanzas en estos últimos diez años de esplendor.

El capitán de los Cocodrilos no ha encontrado el rumbo en esta campaña  e incluso ha ido a parar al banco en no pocas ocasiones, pues más allá de no mostrarse en su forma deportiva habitual, ha lucido falto de concentración, incluso de ganas.

A pesar de que el mismo lo ha negado en repetidas ocasiones, la causa de su estatus actual, puede estar en el hecho de no haber integrado el equipo Cuba después de la Serie 59, teniendo los méritos suficientes para ello, siendo el mejor primera base, tanto  a la ofensiva como a la defensa.

En este punto es válido enfatizar, que si bien Santoya parecía tener sus días contados en Sanctis Spiritus, la llegada a la Atenas de Cuba le hizo definir el rumbo como pelotero bajo la guía de Víctor Mesa, quien supo pulirlo como atleta al punto de convertirlo desde hace varias Series Nacionales, en uno de los mejores inicialistas del país.

Estimados lectores, pudiéramos estar haciendo hincapié en una gran injusticia cometida, otra de las tantas que a diario enlodan el pasatiempo nacional, ahora con más veras, pues hablamos de un hombre consagrado en los clásicos cubanos, tal vez en su mejor momento como deportista.

Más allá de meras especulaciones, se nota un Santoya diferente, en los gestos, en la actitud, en ese extra que siempre mostraba durante los partidos, dándole consejos a los lanzadores, animando a los demás jugadores, ubicando a los jardineros, en fin, esta es una versión diferente de Yasiel Santoya que ahora no preocupa tanto pero de un modo u otro se va echando a ver.

Puede incluso que tras la entrada de Yurisbel Gracial, Ariel Martínez, Erisbel Arrebarruena y Yadir Drake, el manager Ferrer haga los ajustes necesarios para suplir a Santoya y entonces nadie note su ausencia, hasta eso hay y ese, que es muy posible, pudiera ser el destino de este pelotero, quien ya anda frisando los cuarenta años.

O quizás como sucedió en el último juego ante Ciego, en la subserie ante los Gallos y en el primer juego ante Guantánamo, puede que Santoya vuelva a encontrar e rumbo, se levante, mire adelante y busque una segunda oportunidad; entonces nos preguntamos, ¿llegará?

La desilusión, el tedio, la apatía, todos son elementos que imperan en el día a día de muchos peloteros cubanos; algunos como Yasiel Santoya han luchado la vida entera por tener la oportunidad de vestir al menos una vez, el traje del equipo Cuba, pues si bien es cierto que ya  se corono campeón con Matanzas, hay punto que es lógico; cuando se cumple esta meta, siempre se aspira a más.

De grandes esperanzas vivimos y no como en la célebre novela de Charles Dickens, sino como parte indispensable del sentido mismo de la vida, de nuestras realidades.

Nos vemos a la vuelta.

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