Por Robiel Vega/@robielcuba87
Yordan Álvarez sigue demostrando que es literalmente el papá de los Texas Rangers, cuando ante un desafortunado cambio de velocidad a 82.6 MPH del abridor derecho Dane Dunning, el tunero descargó toda su fuerza, no solamente rompió el celofán del partido, sino que mandó a volar la décima pelota de su carrera ante dicha franquicia, el 15 % de los jonrones del cubano en MLB.
El gigante de los Astros no ha encontrado un paso estable en este inicio de temporada; después de un partido brutal el pasado 18 de abril ante los Angelinos, el 44 encadenó cuatro partidos consecutivos sin conectar imparables, en los que se fue de 14-0 si siquiera poder embasarse por otra vía.
La racha se vio rota en la jornada dominical del 24 de abril, ante Toronto, cuando se fue de 5-1 y ahora, ante Texas, en su primer turno al bate, logró sacudirse del slump y tratará ahora de estabilizar su rendimiento ofensivo.
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La conexión llegó en la alta de la segunda entrada, cuando al primer lanzamiento de Dunning, un cambio en zona baja, le golfeó la pelota como es su especialidad y con un impacto de 95.4 MPH de velocidad de salida, la llevó hasta los 379 pies por el jardín derecho, patrullado por otro cubano, Adolis García, quien no pudo hacer más que ver pasar la pelota sobre su cabeza.
Yordan sigue sumando jonrones y son cuatro, máximo bombardero cubano en este 2022; además, fue el número 65 de por vida para el tunero, igualando con el también jonronero de la jornada Lourdes Gurriel Jr. y ambos se encuentran a uno de de empatar con Dayán Viciedo en el lugar 26 entre los máximos jonroneros cubanos en Grandes Ligas, aunque el gigantón cubano, de los tres, es el de mejor frecuencia jonronera.
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Hasta el cierre de esta nota, el choque marchaba empatado a una en la alta de la tercera entrada y tras su batazo, Yordan Álvarez dejó su línea ofensiva en .179/.256/.513/.769 (AVE/OBP/SLG/OPS) llamando la atención su ISO (SLU-AVE), o poder aislado, que exhibe un exorbitantes .334, que habla a las claras de su extraordinaria fuerza al bate; además, tiene una frecuencia jonronera de un bambinazo cada 9.75 veces al bate.
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