Con Yordan Álvarez, Cuba tendría a su Big Papi Ortiz

Juan Paez

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Por Juan Páez Yordan Álvarez irrumpió a las Grandes Ligas con lo mejor de su ofensiva, sorprendiendo a todo el mundo del béisbol. En su primera temporada en las Mayores, brilló tanto con los Astros de Houston que ganó el premio al Novato del Año de manera unánime. Pero su porvenir deja abierta una pregunta:…

Por Juan Páez

Yordan Álvarez irrumpió a las Grandes Ligas con lo mejor de su ofensiva, sorprendiendo a todo el mundo del béisbol. En su primera temporada en las Mayores, brilló tanto con los Astros de Houston que ganó el premio al Novato del Año de manera unánime. Pero su porvenir deja abierta una pregunta: dadas las similitudes, ¿podrá igualarse su producción a la de David Ortiz?

Eso está en veremos. Aparte de consolidarse en pleno en la Gran Carpa, Álvarez tendría que demostrar mucha calidad en la caja de bateadores por una buena cantidad de años. Pero es interesante plantear una comparativa con el histórico dominicano, debido a cómo surgió la primera zafra del cubano en el big show.

El parecido es claro. Ambos son zurdos. Los dos tienen un poder descomunal. Y, por si fuera poco, la más grande habilidad de Ortiz no fue la ofensiva, razón por la que fue bateador designado en la mayor parte de su carrera. Yordan, aunque su labor en los jardines no es pésima, está proyectado para permanecer en ese rol, en el que vio acción 74 veces el año pasado.

Pero si vamos a los números y a las comparaciones con el madero, todo se torna más interesante aun. Tomando en cuenta los primeros 87 juegos en las carreras de cada uno, las estadísticas de Ortiz no son nada similares a la segunda parte de su carrera. Con los Mellizos de Minnesota, el quisqueyano tuvo 80 indiscutibles, 21 dobles, nueve jonrones, 43 impulsadas y una línea aceptable de .277/.368/.443.

Esos guarismos del Big Papi no son malos en lo absoluto, menos para un jugador de 22 años de edad. Pero al compararse con lo conseguido por Álvarez en la misma cantidad de compromisos, parecen minúsculos. El antillano se llevó el premio gracias a 98 inatrapables, 26 biangulares, 27 estacazos de vuelta completa, 78 fabricadas y una robusta línea de .313/.412/.655.

La comparación completa en los primeros 87 juegos de por vida para cada uno:

David Ortiz:

JPAABRH2B3BHRRBIBBSOBAOBPSLGOPS
8733428952802109433882.277.368.443.811

Yordan Álvarez:

JPAABRH2B3BHRRBIBBSOBAOBPSLGOPS
87369313589826027785294.313.412.6551.067

La trayectoria de Ortiz con los Mellizos terminó luego de seis campañas, sin una temporada tan impresionante como el primer torneo de Yordan. Pero lo que siguió, en 14 años con los Medias Rojas de Boston, fue una carrera digna de una placa en el Salón de la Fama de las Grandes Ligas, siempre como designado.

Desde que llegó a los patirrojos hasta su última zafra, el Big Papi promedió 148 hits, 37 dobles, 34 vuelacercas y 109 fabricadas por año. En total, jugó 20 torneos y hasta sus 40 primaveras.

A Álvarez le falta mucho camino, pero sin duda comenzó mucho mejor que su rival en esta comparación. Necesita salud y mucha consistencia en su única función: batear. La venidera temporada, cuando sea que ocurra, brindará el gran reto para él de consolidarse y descifrar a unos lanzadores que, muy probablemente, estarán más preparados para enfrentarlo y atacar sus debilidades en el box.

Yordan es una figura muy poco común para la armada cubana y su nacimiento en las Mayores debe significar alegría. Ha habido muy pocos zurdos antillanos de poder en el big show. Solo cuatro acumularon 100 o más jonrones (Rafael Palmeiro, Tony Oliva, Tony González y Yonder Alonso), una lista que, más pronto que tarde, recibirá al jovencito de los siderales. Lo mejor de Álvarez, iguale a Ortiz en su trayectoria o no, está por venir.

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