Por Alexander García
Fueron dos soberanos batazos ante Gerrit Cole y se dice fácil pero en Yankee Stadium, ante quizás el mejor pitcher del momento en la Gran Carpa, así, en el templo sagrado del béisbol, Yordan Álvarez volvió a vestirse de grande, tal vez tuvo su consagración como extraclase y puede que ni lo sepa y su luz siga irradiando a todos los que amamos el béisbol, entonces es mejor así, calladamente.
Antes de empezar la actual campaña beisbolera, muchos dudaron sobre la condición física de Yordan después de regresar de una lesión y con el preámbulo de un año 2020 de inactividad pero igual, el tunero se reivindicó desde el mismo comienzo.
Al momento de escribir este texto y después de la victoria del jueves 6 de mayo ante los Yankees de Nueva York, Yordan Álvarez bateaba para 337 de average con cinco cuadrangulares; una proyección que hace soñar a toda su fanaticada.
Si bien es cierto que el Yuli Gurriel se va robando el show en este comienzo, igual Yordan está ahí, de manera sigilosa marcando el paso y ya va registrando marcas que lo ponen a la altura de figuras como el legendario Ted Williams.
Lo del tunero es pura historia y no solo Yordan equipara sus números con hombres como Ted Williams, uno de los grandes maestros en el arte de batear, no, hasta con el mismísimo Joe diMaggio ya contiende Álvarez; son analogías que hablan por sí solas y dejan entrever el camino del cubano, hablamos de un All Star en toda la dimensión.
La mayoría de sus críticos aluden a la falta de selectividad y en consecuencia la buena cantidad de ponches que se toma Yordan pero con tanta juventud es algo normal, incluso el paso de los días en esta temporada 2021 lo han mostrado más ajustado.
Hablamos de un pelotero de condiciones excepcionales, cuyo potente swing hace recordar a los más temidos slugger de la historia reciente en la Gran Carpa, tales como Barry Bonds o el mismo Frank Thomas.
Hace dos años, Yordan ilusionó a todos con su proyección ofensiva en menos de 100 partidos; su leyenda comenzó ahí y hoy luce tan determinante en el cajón de bateo que tal parece que ha estado todo el tiempo jugando al primer nivel; eso es algo que solo los grandes pueden demostrar.
No hay casualidad con la impronta que va dejando Yordan Álvarez, es asi, muy bueno, demasiado bueno a veces para ser real pero lo es, cuando uno mira esa forma de pegarle a la bola, cree que es fácil, que batear es fácil pero no, hay que tener talento para mandarlo a volar, más en un diamante de Grandes Ligas.
Nos vemos a la vuelta.