Yormani Socarrás: «Sí José Ángel no hacía Equipo Cuba, ¿qué podía esperar yo?»

Por Alexander García    El calor como siempre es abrasador y ese sabor a salado, como a bacalao recocido no se desprende, está en todos lados, en la comisura de los labios, debajo de las orejas, en las manos, todo se vuelve más incómodo con el calor pero el entrenamiento sigue…    En eso, en […]

Por Alexander García

   El calor como siempre es abrasador y ese sabor a salado, como a bacalao recocido no se desprende, está en todos lados, en la comisura de los labios, debajo de las orejas, en las manos, todo se vuelve más incómodo con el calor pero el entrenamiento sigue…

   En eso, en el calor insoportable piensa Yormani, un espigado lanzador camagüeyano que venía deslumbrando a todos con su portento y determinación, ya el gran Teófilo Peréz avizoraba su futuro: «Tiene talento y ganas», decía el entrenador y los focos se posaban sobre Vicioandry Odelín pero el muchachón sacaba las castañas del fuego.

   Yormani seguía pensando, recién empezaba en las Series Nacionales y en ese año, 2003, ya estaba entrenando con la preselección del equipo Cuba, de pronto mientras estira el brazo siente un fuerte latigazo a la altura de su codo: ¡Coj…! -dice para sí, hace una mueca de dolor y su mirada se pierde en la anchura infinita del tiempo…Casi veinte años después nos cuenta:

   «Yo estaba bien, me sentía fuerte, ya en 2002 había ganado siete juegos, integré el equipo Centrales en la primera Súper Liga que se hizo y fue subcampeón con Víctor Mesa de director. En 2003 repetí, volví a ir a la Súper Liga y no pare hasta la preselección del equipo Cuba, ese año era de Juegos Panamericanos, de Campeonato Mundial y Preolímpico en Panamá, pero no tuve suerte, estaba salado como decimos, pues tres semanas antes de dar la lista me lesiono del codo y caigo enfermo con conjuntivitis», relata Yormani Socarrás en exclusiva para SwingCompleto.

   La historia de Yormani, parece comenzar aquí; fue su momento de consagración, el mayor instante de gloria, cerquita del sueño, ahí, acariciándolo, el equipo Cuba, las cuatro letras, de pronto se va, pero los hechos quedan guardados en la memoria…

   «Yo estaba en una parada de guagua y un primo mío me dice que había hecho el equipo de Camagüey para la Serie Nacional, no cabía dentro de mí, aquello fue lo máximo, había jugado un torneo representando a las FAR, de ahí me seleccionaron para la preselección pero jamás pensé que podría llegar. Gracias a Leonel Moa y a Teófilo Peréz que siempre me dieron la confianza para desarrollarme», rememora.

Después

   Pocos recuerdan que en 2014, cuando Pinar del Río le gana la final a Matanzas de Víctor Mesa, cuando eso pasó Yormani Socarrás estaba ahí, como refuerzo pero estaba y también fue campeón bajo los órdenes de Alfonso Urquiola.

   «Había sido un año normal, sin mucho ruido pero fui escogido de refuerzo y me coroné campeón con los Vegueros, es el sueño de cualquier atleta, más de un pelotero, más aún a mi edad», asegura Socarrás y al respecto alega que «ya en la edición 48 de la Serie Nacional, después de un tope con Las Tunas, había decidido pasar a relevar, ello después que Leslie Anderson me aconsejara dejar de ser abridor pues ya tras cuatro innings me salía el cansancio. Así lo hice y llegaron buenos resultados. Incluso fui a un torneo en Holanda gracias a Iday Abreu (Con quien estuvo de pupilo mientras jugó para Cienfuegos en la temporada 2012-2013).

   Al rememorar aquellos años, entre 2008, 2009 y comienzos de esta última década, por números y resultados, Yormani Socarrás, descollar como uno de los mejores cerradores del país, en su momento el máximo referente del bullpen junto a José Ángel García.

   «Yo siempre pensaba, si José Ángel que es el mejor de Cuba no hace el equipo grande, ¿qué puedo esperar yo?»

   A muchos nos sorprendió la decisión de Socarrás de pasar para Las Tunas; los comentarios como siempre sobraron pero el propio lanzador aclaró este tema.

   «La decisión de ir a Las Tunas fue difícil, por mi familia, por mí, toda mi carrera la había hecho en Camagüey pero los problemas con el entonces director, Orlando Gonzalez y con el entrenador de pitcheo me impulsaron a salir. Cuando Borroto llegó, habló conmigo pero aún no me sentía motivado. En Las Tunas me recibieron con los brazos abiertos, y todos me trataron muy bien; cuando decidí salir ellos me entendieron. Puede que vuelva a jugar, pero no en esta Serie 60».

   El espigado lanzador ya suma 20 campañas en los clásicos cubanos y su historia que parece haber comenzado ayer ya llega a su fin, no obstante Yormani siente que puede dar un poco más, su amor por la camiseta de los Toros es algo que rompe barreras. Si pudo hacer más y llegar lejos como cerrador, tal vez, pero de igual modo, una hoja de vida así, como esta de Yormani Socarrás merece respeto y todo el reconocimiento.

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