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El Equipo Cuba juvenil que intervino en el Campeonato Panamericano escenificado en 2001 en Camagüey estaba lleno de figuras que después darían la talla en las Series Nacionales (Yuli Gurriel, Alexei Bell, Juan Carlos Linares, Deinis Suárez, Ifreidi Coss…), pero el líder indiscutible de aquella selección no era otro que Kendrys Morales.
En el citado evento, el espirituano devenido capitalino fue decisivo en la consecución del título continental con un rendimiento que tuvo como guinda el partido por el oro: allí, frente a Estados Unidos, Kendrys Morales le despachó un envío al zurdo Scott Kazmir (quien luego sería tres veces All-Star en las Ligas Mayores) y además se subió al box para garantizar el resultado favorable.
Porque el muchacho, sencilla y llanamente, era un portento. A la defensa jugaba todas las esquinas, se paraba y lucía a ambos lados del home plate, y encima superaba las 90 mph con su recta. Sus compañeros lo reconocían como el hombre grande de aquellas selecciones.
«Kendrys Morales sabía que era un superdotado», dijo Yuli Gurriel
Alguien que estuvo junto a él en ese campeonato juvenil y posteriormente en el Equipo Cuba de mayores, Gurriel, confesó en “El Show de Swing Completo” que “Kendrys Morales parecía el papá de todos nosotros. No teníamos ni pelo en los brazos y él sí. Era un hombre entre nosotros. Lo recuerdo lanzando en juegos consecutivos de semifinal y final, eso no lo hacía nadie. Él sabía que era un superdotado”.
Más adelante, el exjugador de Houston Astros no vaciló para definir a su excompañero como “tremenda persona”, y aseguró que “nadie imagina lo que ese caballo sabe de bateo. Kendrys Morales puede ser entrenador de bateo donde quiera”.
Sexto pelotero cubano con más jonrones en las Ligas Mayores (213), el ambidiestro tuvo un paso efímero pero estremecedor por el béisbol doméstico, hasta el punto de establecer un montón de records para novatos y acceder al Equipo Cuba con apenas 19 años.
Todavía se recuerda su cuadrangular para decidir el choque contra Brasil en el Mundial de 2003 ante un pitcher derecho (Kleber Ojima) que había dominado a su antojo a la artillería insular. Casualmente, el corredor que encontró en bases esa noche fue a Yuli, quien había conectado un triple.
El éxito persiguió a todas partes a Kendrys Morales
En los clásicos nacionales, Kendrys Morales dirimió solo 231 encuentros en los que pegó 287 indiscutibles y 37 jonrones, con .330 de promedio de bateo, .537 de slugging, .425 de OBP y .962 de OPS.
Después de fijar esos números y ser pieza clave en los elencos azules dirigidos por Rey Vicente Anglada, decidió probar fortuna en las Ligas Mayores y allá también triunfó.
La estadística muestra que intervino en 13 temporadas con siete uniformes diferentes, cerró con OPS de .780, siete cursos de 20 o más vuelacercas, un Bate de Plata y el anillo de la Serie Mundial de 2015.
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Michel Contreras González
Periodista deportivo con treinta años de carrera. Graduado de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, ejerció el periodismo en medios como Juventud Rebelde, Bohemia y Cubadebate antes de adherirse a la llamada prensa independiente, para la cual ha sido colaborador de la página deportiva en Oncuba, Cibercuba y Cubanet. Artículos suyos han aparecido en varias publicaciones extranjeras de habla hispana. Obtuvo numerosos premios en concursos de carácter provincial y nacional. Tiene publicados los volúmenes “Dioses Paralelos” (Ediciones Loynaz) y “Vuelos de Gavilán” (Unos y Otros Ediciones). Apegado fundamentalmente a la crónica, el comentario y la entrevista, la mayoría de sus textos versan sobre béisbol, fútbol y ajedrez, sin desdeñar el boxeo y el atletismo.
Disculpen Kendry Morales era natural de Morón en la provincia de Ciego de Ávila, no de Sancti Spiritus, aunque se radicó en la Habana
Tienes razón siempre fue mejor que tu desde los juveniles y en grandes ligas también
Ciertamente Kendrys Morales, fue una súper estrella en la MLB.
A cualquiera le daba. Fue un bateador de grandes cualidades y muy querido por su disciplina.
Que DIOS lo bendiga siempre!.
En RD, tiene muchos admiradores.