Lo del Yuli Gurriel evitando ponches es IMPRESIONANTE

Por Juan Páez En estos tiempos en los que los bateadores de 180 o más ponches abundan en las Grandes Ligas, aquellos con una buena lectura de la zona de strike y una sólida capacidad de hacer contacto y evadir ponches son más valorados. Tal es el caso de Yuli Gurriel. El histórico cubano destacó […]

Por Juan Páez

En estos tiempos en los que los bateadores de 180 o más ponches abundan en las Grandes Ligas, aquellos con una buena lectura de la zona de strike y una sólida capacidad de hacer contacto y evadir ponches son más valorados. Tal es el caso de Yuli Gurriel. El histórico cubano destacó en la presente postemporada por una racha de apariciones sin abanicar y este año volvió a estar entre los mejores a la hora en ese mismo aspecto.

El jugador de los Astros de Houston, que el domingo rompieron el abrazo en la Serie Mundial, se ponchó por primera vez este octubre durante el primer juego del Clásico de Otoño.

Entre la pasada y la actual postemporada, pasó 65 apariciones consecutivas al plato sin caer por la vía de los strikes, una cadena que incluyó enfrentamiento con lanzadores estelares, como Max Scherzer, Blake Snell, Charlie Morton, Chris Sale, Tyler Glasnow y Luis Severino.

Y es eso el punto clave del “Yuli”, quien solo suma cinco chocolates en 15 juegos desde que terminó la ronda regular. No poncharse, o hacerlo a un paso mínimo, es una de sus mejores cualidades y una de las más fuertes herramientas para ser tan consistente en la caja de bateadores.

El nacido en Sancti Spiritus ha mostrado una tasa de ponches ínfima desde que disputó su primera campaña completa y este año, de alguna manera, fue aun mejor.

En 2017 fue quinto en las Grandes Ligas (tercero en la Liga Americana), en porcentaje de abanicados, con 11.0 %, un registro que igualó al año siguiente.

Pero en 2019 dejó esa marca en 10.6 %, la cuarta mejor en la Gran Carpa, solo por debajo de su compañero Michael Brantley (10.4 %), David Fletcher (9.8 %) y Hanser Alberto (9.1 %).

No le basta

La calidad de Gurriel en ese sentido redunda en otras casillas del juego. Por ejemplo, año a año (aunque ligeramente) su contacto va en mejoría.

Desde 2017 a esta ronda regular finalizada hace casi un mes, su porcentaje de bolas chocadas pasó de 83.1 % a 86.3 %. Esa cifra fue la octava más alta de la Liga Americana.

El isleño también fue uno de los pocos toleteros que no deslució cuando su cuenta llegó a dos strikes. En esta campaña tuvo el sexto mejor average en el big show en esa situación, con .265.

Y fue uno de apenas cuatro bateadores que totalizaron al menos 200 apariciones al plato y .260 de promedio, un club que integraron, además del “Yuli”, Brantley (.264), Fletcher (.270) y Giovanny Urshela (.272).

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