Yulieski Gurriel: a los grandes siempre hay que volver

Kiara Gonzalez

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 Por Alexander García      A Yulieski Gurriel hay que volver siempre; de un modo u otro se las arregla para lucir como un estelar, lo que es; ya sea con una sólida línea que se pierde en lo profundo o con un jugadón de leyenda a la defensa. Lo cierto es que a sus 36 años, el mejor pelotero cubano de este…

 Por Alexander García  

   A Yulieski Gurriel hay que volver siempre; de un modo u otro se las arregla para lucir como un estelar, lo que es; ya sea con una sólida línea que se pierde en lo profundo o con un jugadón de leyenda a la defensa. Lo cierto es que a sus 36 años, el mejor pelotero cubano de este siglo sigue haciendo historia en el mejor béisbol. 

   En lo personal, no creo que lo de las señas determine en la calidad de un pelotero, pues para batear una recta a 98 o 99 millas tienes que poseer la mecánica exacta, hacer los ajustes precisos, visualizar la bola en el momento justo para golpear adelante y eso solo se logra si tienes talento. 

   Si los tipos duros de los Astros se pierden: Altuve, Bregman, Springer; si eso sucede, una y mil veces el Yuli da la cara; ya sea de cuarto, de quinto o de sexto bate, como sea Gurriel es un grande, tiene su sello y nadie duda al día de hoy que no dos, sino cinco años más pudiera jugar en el Big Show, dando palos y cumpliendo como sabe hacer; pues con buena condición física, disciplina y entrenamiento diario todo es posible, miren a Nelson Cruz con los Mellizos de Minnesota en la división central de la Liga Americana, a sus 40 años esta como el vino. 

   Al instante de escribir este texto, Yulieski batea para 240, con 6 jonrones y 21 carreras impulsadas, números más que aceptables para el nivel en que se juega y si tenemos en cuenta que Gurriel se ve ajustado, yéndole bien a la bola, haciendo buenos swings, pensar en un levantón para el tramo final, no es algo imposible. A eso nos tiene adaptado el espirituano, siempre ha sido así. 

   Más allá de números y estadísticas, muchas veces frías, cuando el tema del robo de señas se destapó, Yuli fue uno de los primeros en dar la cara y asumir responsabilidades; luego cuando empezaron los pelotazos y las ofensas también dio la cara en defensa de sus compañeros. En fin, el cubano va adquiriendo matices de líder que para nada le sientan mal, lo contrario, refuerzan su imagen y cimentan su personalidad. 

   Las grandes figuras que caminan como leyendas vivas, siempre dan de qué hablar, desde un gesto x o una declaración y, hasta las miles de especulaciones de las que se vuelve objeto este fuera de serie. 

   Cuando hace unos días, los Angelinos y los Astros toparon en su duelo particular, las caras de Yulieski y de Pujols se cruzaron una vez más; cada uno defendía la primera con su equipo, ambos reían como aquel día de marzo en 2006, cuando Albert miraba a ese chico enjuto dar unas líneas soberanas y fildear a su antojo en segunda base- ¡deberías hacer pesas!- le aconsejó entonces y quizás con ello selló un destino; el tiempo vuela otra vez hasta este 2020, ambos se vuelven a mirar y sonríen; son dos grandes de la pelota mundial, se ha dicho todo. 

   Nos vemos a la vuelta.

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