Por Alexander García
Para muchos son dos ecos, dos piedras inmutables que parecen así…piedras y no dicen nada, no hablan, parecen morir. Para otros son unos tipos barbaros, dos caballos, quizás los peloteros más duros que tenga Cuba al día de hoy. Con Raúl Valdés y Yuniesky Maya la historia se reescribe siempre y solo quitándonos el sombrero podemos demostrarle un poco de ese respeto ganado.
Para muchos son ecos porque aquí en Cuba, en su tierra ni por asomo se habla de sus hazañas, de sus logros; sí Maya gana el primer juego con los Toros del Este en la Serie del Caribe, para el oficialismo tal parece que ET fue quien estuvo en la lomita del Hiram Bithorn.
Si luego, a los días, Raúl Valdés sigue reescribiendo su leyenda igual, es como un fantasma…
Mil crónicas no bastarían para ensalzar su grandeza, su clase; aún me salen las lágrimas al escuchar el discurso de Lou Gherig en su despedida del Yankee Stadium y sí, Gherig es un caballo, veo su mirada solemne al lado de Babe Ruth y me siento chiquito, pienso también en Carl Ripken pero igual, los míos, Yuniesky Maya y Raúl Valdés son también caballos, los más duros…
… Después…
Los Toros del Este gana la Serie del Caribe en su edición de 2020, le dan a República Dominicana el título número 20, todos son cifras redondas y como siempre cuando de béisbol se cuenta la historia, Cuba es protagonista igual; Jorge Martínez y Peter O brien saltan a la palestra pública, de igual modo como por sentencia divina, Yuniesky Maya y Raúl Valdés vuelven a ser centro de atención.
La cuestión de la identidad toma un cariz profundo, pues el pinareño y el habanero, Maya y Valdés; son tan cubanos como usted y yo, son frutos del buen béisbol que se juega en este país; son dos grandes, dos guerreros y a la vez dos extraños, dos ecos, dos nubes de polvo… Son venerados hasta el delirio en República Dominicana, son opacados con saña sutil en su tierra.
De nuevo, más allá del ayer, el hoy nos pone la posibilidad de un nuevo contexto; Raúl Valdés estaría vistiendo el uniforme de Republica Dominicana también en el preolímpico de Arizona y el cruce de destinos sería novelesco.
Cuando los Toros ganaron el campeonato en la LIDOM, Raúl Valdés y Yuniesky Maya fueron determinantes en la victoria pero leo en Radio Habana Cuba la nota sobre el suceso y hablan de Lino Rivera y su triunfo como manager del equipo pero de los cubanos, ni hostia.
Y me pregunto otra vez, ¿Hasta cuándo el silencio?, no es dar una, dos, tres noticias vagas llenas de datos escuetos, es darle valor y reconocer la grandeza de estos guerreros del box.
… Para muchos Raúl Valdés y Yuniesky Maya son dos ecos, dos piedras inmutables que parecen así…piedras y no dicen nada, no hablan, parecen morir. Para otros son unos tipos barbaros, dos caballos… con esto me quedo… ¿Y usted?
Nos vemos a la vuelta.