Por Alejandro Varel7
Justo ha pasado una década desde que una selección de Cuba alzó el título en la añeja Semana Beisbolera de Haarlem. En aquel entonces el equipo comandando por Víctor Mesa derrotó a Estados Unidos y Puerto Rico en semifinal y final, en ese orden, para obtener la quinta corona antillana en esas lides que datan de 1961.
Aunque 10 años pudiera no significar tanto, la realidad que separa a ese conjunto del actual es muchísimo más amplia. Solo nótese que figuraban en la nómina hombres que posteriormente llegaron a las Grandes Ligas, como José Abreu, Yuli Gurriel, Aledmis Díaz, Guillermo Heredia, Rusney Castillo, Odrisamer Despaigne, por solo citar algunos ejemplos.
La escuadra dirigida por el polémico VM32 que se impuso en 2012 era prácticamente la misma que un año antes había caído en la final del último Campeonato Mundial de Béisbol en Panamá ante Holanda, y muchos de sus jugadores repitieron el grado un año después al III Clásico Mundial.
Hoy Cuba vuelve al certamen neerlandés más que con la ambición de sumar el sexto cetro, en busca de lavar la imagen que dejó el elenco bajo el mando del matancero Víctor Figueroa que asistió a la última edición del año 2018 (en 2020 se suspendió a causa de la Covid-19). Esa lid representó la peor actuación antillana de la historia, tras caer en los primeros cinco partidos, con rivales de mucho menos nivel, como Alemania, y terminar en un inédito cuarto lugar.
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El actual equipo granmense, reforzado con ocho jugadores de otras provincias que se destacaron en la 61 Serie Nacional, dista de ser un Cuba con todas las de la ley, aunque sí puede considerarse superior al que protagonizó la catástrofe de hace cuatro años.
La principal virtud que aglutina este conjunto de Carlos Martí es que viene de ganar el campeonato cubano, si bien la decisión de enviarlos obedece al cetro de 2021, no al más reciente. Sin embargo, conseguir el “back to back” frente a Matanzas le da una inyección extra al grupo de 16 peloteros naturales de Granma en pos de liderar al elenco a otra proeza.
Precisamente el anfitrión aparece como el primer gran obstáculo para las aspiraciones cubanas, por lo que el debut feliz de la nave caribeña pasa por derrotar este sábado a la que ha sido su bestia negra en los últimos eventos internacionales.
El team Kingdom of the Netherlands ya mostró este viernes parte de sus armas con una cerrada victoria de 2-1 ante Italia en el llamado Clásico europeo, pero al menos no empleará a su mejor lanzador frente a Cuba, que dispondrá del derecho César García, el principal hombre en el box de Martí durante la finalizada temporada.
Nombres como el veterano de mil batallas Frederich Cepeda (junto al zurdo Leandro Martínez, únicos que repiten de aquel último título en 2012), el mayabequense Denis Laza y los camagüeyanos Alexander Ayala y Leonel Moas acompañarán al grueso de la tanda de los vigentes campeones nacionales, encabezada por el MVP de la final, Osvaldo Abreu, y otros experimentados como Carlos Benítez, Guillermo Áviles, además de los talentosos Iván Prieto y Alexquemer Sánchez.
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Del resultado de este choque inicial dependerá buena parte de las posibilidades de los Alazanes de Cuba, pues no solo significará abrir con éxito, sino lo que representará desde el punto de vista anímico, fundamentalmente porque los siguientes rivales serán Japón y Estados Unidos, dos de los fuertes candidatos a medallas, para los cuales deben estar listos el espirituano Yuén Socarrás y el agramontino José Ramón Rodríguez, respectivamente.
El formato del torneo de todos contra todos entre los seis países participantes indica que Cuba tiene grandes posibilidades de avanzar entre los cuatros clasificados a semifinales, aunque ya a partir de esa fase cualquier desenlace es posible. No sería la primera vez que se haga una primera ronda magnífica para luego caer en el cruce, o todo lo contrario: que el equipo avance a trompicones y más tarde se crezca en la etapa decisiva.
Lo cierto es que el torneo constituye una enorme quimera para el béisbol cubano, que mirará de reojo este primer evento de categoría absoluta organizado a siete entradas, siguiendo las disposiciones de la Confederación Mundial de Béisbol. Y, además, representará también una prueba de fuego en lo personal para Carlos Martí de cara a dirigir a la selección que acudirá al V Clásico previsto para marzo de 2023.