Dato con Swing: 8 estelares que han bateado poco en playoffs

Por Yanio Zulueta

Tal vez pueda suceder en una serie de playoffs. O en dos, es razonable, sobre todo porque las series cortas son muy difíciles para que los bateadores se ajusten y mantengan la mejor versión de su ritmo en el plato. Pero cuando un bateador que normalmente es capaz de rendir en la temporada regular de 75 o 90 partidos no produce en la postemporada durante años consecutivos, entonces el problema va más allá de los números.

Eso, simplemente no puede, porque en algún punto de su siquis, la presión del momento no lo deja rendir a plenitud. Con más de 100 veces al bate en diferentes años y postemporadas, exploré en la mejorada página oficial de la Serie Nacional —específicamente en su sección de descargas de PDF—, quiénes han sido los bateadores con más problemas a través de sus campañas bajo el complicado calor de los playoffs. ¿Y sabes quiénes aparecieron con las peores temporadas cuando sumamos sus respectivas apariciones en postemporadas? Sí, varios estelares que, a día de hoy, incluso han podido disfrutar de contratos en Grandes Ligas.

Otros, como es de esperar, pertenecen a décadas pasadas y ya están retirados o lamentablemente fallecidos, pero lo más importante aquí es que ver lo sorprendente de un grupo de grandes bateadores sin esos resultados esperados en playoffs. ¿Preparado? —no te apures—. Disfrute la lista, los comentarios y déjennos sus criterios si te sorprendiste.

¡Aquí vamos!:

Bateadores “estelares” que en su carrera de playoffs promediaron .250 o menos luego de visitar la caja de bateo, como mínimo, en 100 apariciones:

  1. Céspedes, Yoenis (Granma): ¿Lo esperabas en la lista? Bueno, si recuerdas sus últimas postemporadas con los Alazanes, era obvio: Céspedes se ponchó 10 veces en el playoffs de 2011 ante los lanzadores de los Indios de Guantánamo, pero he aquí lo peor en general: Bateó .195 de promedio (113-22), con 29 ponches y sólo 10 extra bases —cuatro de ellos jonrones—. En 28 juegos de postemporada, el slugging de “La Potencia Céspedes” no pasó de un pálido .354.
  • García, Adonis (Ciego de Ávila): Su pobre promedio de .219 fue, en cierto sentido a mediados de la década de 2000, una de las razones por las que Adonis no fue mejor mirado. Durante 5 series de postemporada, el antesalista avileño hermano de José Adolis García —que también jugó con Villa Clara— fue limitado a sólo 18 carreras producidas (anotadas más impulsadas, menos jonrones) y 19 strikeouts.
  • Caldés, Miguel (Camagüey): El ya fallecido antesalista de los equipos camagüeyanos, no fue ese mismo bateador de gran impacto en playoffs: Produjo sólo para .223, con un jonrón y apenas siete empujadas en 105 comparecencias durante 25 partidos de postemporada. Se ponchó 15 veces, una tendencia demasiado grande en comparación con sus dos únicos extra bases.
  • Cañizares, Bárbaro (Industriales): A pesar de haber sido campeón nacional en múltiples campañas con los Azules de la Capital, “El Caña” bateó sólo .239 en 30 matchs de playoffs. Cinco extra bases (tres de ellos jonrones, sobre todo ante el Habana en la serie de Cuartos de Finales en 2003) fueron sus principales batazos, que se hundieron entre 17 ponchetes. Eso sí, vale señalar que Cañizares se encendió en la final de 2003 ante Villa Clara, con .833 OPS y cuatro producidas. Sin embargo, el slugging esperado por su poderío con el madero se quedó en un pobre .380, por debajo del brillante .420 OBP (tomo 23 boletos).
  • Cárdenas, Eduardo (Matanzas): A pesar de sobresalir como uno de los bateadores de contacto más respetados de la liga en los años noventa, cuando pasó a integrar los Henequeneros, “El Pípury” Cárdenas fue limitado en postemporada: Bateó sólo .240, se embasó 39 veces, pero anotó 9 carreras en 119 comparecencias. En 27 juegos, no pudo mantener su acostumbrado paso con al menos un hit por partido, al quedarse con 24.
  • Silva, Edilse (Santiago de Cuba): El estelar inicialista santiaguero acumulaba 36 carrera producidas en 47 juegos antes de estos playoffs, pero sólo .244 de promedio y un bajísimo .306 OBP. Es cierto, su trabajo es remolcar carreras, pero sus 31 ponches superan las 24 impulsadas que acumula en 156 veces al bate. Para un bateador de su demostrada calidad, exhibir .372 de slugging no es lo esperado.
  • Ramos, Alexander (Isla de la Juventud): Tal vez este fue uno de los grandes hándicaps que alejó al “Caballo de Hierro” de la élite entre los mejores segundas bases de su época a la hora de medir cómo rendían bajo presión: Bateó sólo .245 en playoffs, pero para un hombre con tan considerable nivel de contacto en su swing, esto parecía inadmisible: Se ponchó 21 veces, tomó sólo seis boletos y remolcó, ¡escuchen!, tres carreritas en 115 comparecencias.
  • Ulacia, Luis (Camagüey): 28 ponches en 43 juegos de playoffs no es la proyección que esperabas de Ulacia, todo un artista madero en mano, ¿verdad? Pero sucedió: Bateó sólo .250 en siete series de postemporada, donde fue anulado con promedio de .194 en una racha de 26 turnos contra Santiago de Cuba.

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