Abril en la pelota: 9 innings en el debut de Jackie Robinson en MLB.

Por Andy Lans El 15 de abril de 1947 quedó marcado para siempre como el día en que se rompió la barrera racial en el béisbol de los Estados Unidos. Esa jornada, debutó Jackie Roosevelt Robinson con los Dodgers de Brooklyn en un partido contra los Bravos de Boston en el Ebbets Field. A 73 […]

Por Andy Lans

El 15 de abril de 1947 quedó marcado para siempre como el día en que se rompió la barrera racial en el béisbol de los Estados Unidos. Esa jornada, debutó Jackie Roosevelt Robinson con los Dodgers de Brooklyn en un partido contra los Bravos de Boston en el Ebbets Field. A 73 abriles de este acontecimiento, SwingCompleto te brinda 9 innings escenciales para comprender la llegada de Jackie Robinson a la MLB:

Primer inning: Desde la década de 1880, la pelota estadounidense reforzó su línea racista. Sin embargo, varios investigadores afirman que antes de Jackie Robinson algunos negros jugaron en Grandes Ligas bajo la etiqueta de “extranjeros”. El hecho de hacerse pasar por latinos indicaba cierta ascendencia europea, que no los hacía ver como descendientes directos de africanos.

Entre los casos más sonados se encuentran los cubanos Rafael Almeida y Armando Marsans, de quienes se solicitó documentación que indicara sus raíces españolas para que pudieran ingresar a los Rojos de Cincinnati.

En 1901, el mánager de los Orioles de Baltimore John McGraw trató de encubrir a la estrella afroamericana Charlie Grant al hacerlo pasar por un indio cherokee de nombre Charlie Tokohama. El júbilo de la afición negra delató el plan de McGraw.

Segundo inning: Cuando el dueño de los Dodgers, Branch Rickey decidió contratar a un jugador mestizo, pensó que si era latino mediaría mejor el impacto en la afición. Por eso, sus cazatalentos le trajeron al cubano Silvio García, obsesión del entrenador Leo Durocher.

Rickey esperaba que el pelotero aguante toda clase de insultos raciales de forma pacífica y al preguntarle a Silvio García cómo encararía a un norteamericano blanco que le diera una cachetada, el lanzador (cubano al fin) respondió “Lo mato”. De ese modo, Silvio García perdió la oportunidad de quebrar la barrera racial.

Tercer inning: Jackie Robinson, antes de enrolarse con los Monarcas de Kansas City de las Ligas Negras, formó parte del equipo de fútbol americano de la universidad, en donde compartió con blancos. Razón por la cual, el afamado Buck Leonard se quejó:

“Teníamos jugadores mucho mejores que Jackie, pero Jackie fue elegido porque había jugado fútbol con niños blancos.”

Cuarto inning: Existen dos versiones sobre el deseo de Branch Rickey por acabar con la segregación en la pelota:

La primera cuenta que Rickey dejó dormir en su cuarto a un joven negro al que se le negó la entrada a un hotel, cuando fungía como coach del Wesleyan College de Ohio en 1904.

La segunda hipótesis analiza que cuando los Dodgers dejaron de rentar su estadio a la franquicia de las Ligas Negras Águilas de Brooklyn (debido a que estas se mudaron a Nueva Jersey en 1934) perdieron aproximadamente 100 000 dólares por año. Entonces al contratar a Robinson, Rickey atraería a los aficionados negros que reportarían serias ganancias a sus bolsillos.

Quinto inning: En la temporada 1946, Jackie Robinson pasó por los Reales de Montreal (reserva de los Dodgers en la Liga Internacional, categoría AAA). Jackie se proclamó campeón en la Liga Internacional y venció a los Coroneles de Louisville en la Pequeña Serie Mundial.

Sexto inning: Con el objetivo de preparar la campaña de 1947 y alejar a sus peloteros negros del racismo, Rickey trasladó la preparación de sus Reales y sus Dodgers de La Florida a La Habana.

El Hotel Nacional recibió a los Dodgers, mientras que la Havana Militar Academy hospedó a los Reales. Por el simple color oscuro de su piel, Jackie Robinson, y los también afroamericanos Roy Campanella, Don Newcombe y Roy Partlow, debieron alojarse en el hotel Boston con dinero para comer en restaurantes. Los problemas estomacales de Jackie producto de la mala alimentación propiciaron que no luciera bien en el terreno. Los cubanos, adaptados a ver jugadores negros de calidad, le silbaron hasta el cansancio.

A Robinson también se le negó la entrada en la Playa de Varadero, pues era “exclusivamente para blancos”. Tiempo después Jackie sentenció:

“Sufrí muchas vejaciones durante mi carrera en todo Estados Unidos, pero los primeros golpes de este tipo  fueron en La Habana. Creo que, paradójicamente, debo agradecerlo, porque me entrenó para lo que venía. Es decir, los entrenamientos de 1947 en Cuba me prepararon no solo para jugar en Grandes Ligas, sino también para tolerar, soportar, sufrir sin decir nada, todo cuanto surgía en mi contra por no ser blanco.”

Séptimo inning: En su primera temporada en MLB, Robinson bateó para 297 (sexto en la Liga Nacional), pegó 12 cuadrangulares y empujó 48 carreras. Fue segundo en anotadas (125) y primero en bases robadas (29). Le confirieron el premio de Novato del Año. Los Dodgers ganaron el circuito Nacional, y aunque perdieron la Serie Mundial con los Yankees, la entrada de Jackie Robinson abrió el camino para los negros en el mejor béisbol del orbe.

Octavo inning: La contienda de 1949 constituyó la de máximo esplendor para Jackie Robinson en la Nacional. El “42” terminó segundo en juegos disputados (156), imparables (203), OBP (432) e impulsadas (124); fue tercero en anotaciones (122), dobles (38), slugging (528), triples (12) y primero en average (342) y estafas (37). Lo catalogaron como MVP al término de la gesta, sin embargo volvió a caer en el Clásico de otoño ante los Yankees.

Noveno inning: Robinson ganó la Serie Mundial en 1955 y participó en seis Juegos de Estrellas. En 10 años con los Dodgers promedió 311 y despachó 137 pelotas. Disputó 1382 partidos, pisó el home 947 veces y ayudó a que sus compañeros lo hicieran en 734 ocasiones. Robó 197 bases.

En 1962 exaltaron a Jackie Robinson al Salón de la Fama en Cooperstown y en 1997 retiraron su dorsal de todos los equipos de la Gran Carpa.