Se escucha y lee mucho que uno de los grandes males que ha aquejado al deporte cubano en los últimos lustros ha sido los abandonos. ¿A qué le llaman abandonos? A causar baja de la institución que rige el deporte en la Isla, el INDER.
Aunque no es del todo falsa esa afirmación, tampoco es del todo cierta. Sí, los “abandonos” es un mal gigante dentro del deporte cubano, pero es consecuencia de una política gubernamental asfixiante y que va contra todas las libertades.
Sencillamente, si decides ser libre no te permiten en la mayoría de ocasiones ni tan siquiera jugar con la selección nacional (Ozzie Alonso- futbolista), en otras no permiten algo tan elemental como entrar a tu país. Por demás, existen otros casos que sin razón aparente molestan a alguien con poder de decisión y no les dejan jugar con la selección tampoco (Yosimar Cousín y Yunior Tur- beisbolistas).
En los últimos 10 años la cifra de abandonos ha crecido exponencialmente. El cambio en las leyes migratorias ha permitido que muchos deportistas salgan de la Isla además de las mal llamadas “deserciones”, es decir, quedarse durante un torneo.
Sobre ese tema se habló en una de las sesiones de la Asamblea Nacional que se han efectuado en el presente mes de diciembre. Yoselín Marrero, directora de formación y superación del INDER, expuso una serie de problemas y posibles soluciones al deporte cubano en un proyecto que según dijeron en dicha reunión “será puesto en marcha de inmediato.”
Más allá de la acostumbrada aprobación por unanimidad, una de las partes más llamativas de la exposición fueron las cifras aproximadas que dio para determinar la cantidad de atletas que han abandonado el país. Según Yoselín el éxodo asciende hasta 2 000 entrenadores y 800 atletas en los últimos 10 años, estamos hablando de 200 y 80 por año respectivamente como promedio. Para simplificarlo algo más, estas cifras hablan de 23 abandonos cada mes.
Es la primera vez que se escuchan o leen estimaciones de este fenómeno con números en la prensa oficialista. Probablemente la cifra sea mayor en realidad, y si todo sigue por los mismos derroteros en la próxima década se incremente. A fin de cuentas, el deporte también es reflejo de la sociedad y la mayoría busca libertad.