Adiós a un amigo y seguidor del béisbol cubano

Por Yasel Porto 

   Después que el cubano Denny Larrondo se convirtiera en el primer jugador de béisbol profesional en dar positivo al COVID-19 se sucedieron varios casos más (Yu Darvish y Aroldis Chapman entre ellos) hasta el explote mayor con los casi 20 casos de los Marlins en la recién iniciada temporada de la MLB. Sin embargo, no se había producido ningún deceso notable hasta que ayer cuando falleció por complicaciones producto de la enfermedad la primera figura relacionada directamente con la MLB y también con el béisbol cubano. 

   Se trata de Lou Schwechheimer, dueño del nuevo equipo de AAA de la ciudad de Wichita, propietario hasta el año pasado de los Babycakes de New Orleans, también AAA de los Marlins, y quien había desarrollado varios proyectos con el béisbol cubano, entre ellos comprar los derechos en Estados Unidos para tener una franquicia de Ligas Menores el día que se aprobara por MLB y Cuba el regreso de la Isla al béisbol organizado norteamericano. 

   Este 2020 se estrenaría este club sucursal de los Miami Marlins en Wichita, una creciente ciudad del estado de Kansas donde también se estrenaría un novedoso estadio. La suspensión de la temporada de Ligas Menores echó por tierra ambas pretensiones, y tiempo después llegaría algo peor para Lou al convertirse en uno de los millones de estadounidenses que contrajo el nuevo coronavirus. 

   En su largo historial como empresario dentro de la pelota estadounidense había estado al frente por mucho tiempo de los prestigiosos Pawtucket Red Sox (AAA-Boston), pertenecientes a Rhode Island donde precisamente vivió gran parte de su vida. También tenía vínculo importante con los Stone Crabs de Port Charlotte (A-Marlins). 

 Lou Schwechheimer durante una de sus visitas a Cuba. (Web Screen Shot)

   Lou, de 62 años, había estado viajando a Cuba desde hace cinco años para presentar el proyecto Havana Sugar Kings, que consistía en reinstaurar la presencia cubana dentro de las Ligas Menores como existió entre 1946 y 1960, primero con los Havana Cubans y posteriormente con los Cuban Sugar Kings. La idea tomó mayor fuerza a partir de la política de apertura llevada a cabo por expresidente de Estados Unidos Barack Obama y los crecientes intercambios entre MLB y la FCB. 

   Año tras año, aunque la franquicia no existía todavía, Lou y el resto de los inversores vinculados con este proyecto se mantenían aferrados a la idea y más que eso, pagaban anualmente los derechos sobre ella para el día que todo se hiciera realidad.  

   Además de esto él fue uno de los principales contribuyentes de la Fundación Iniciativa para el Béisbol Caribeño, la cual se encargó de traer equipos infantiles de béisbol y muchos implementos de este deporte para regalar a niños y jóvenes en distintas zonas del país como La Habana, Matanzas, Mayabeque, Ciego de Ávila y Holguín.  

   Hubo otras ideas como la de revitalizar el estadio de Hershey (Santa Cruz, Mayabeque), así como la labor de apoyo a proyectos comunitarios y culturales, junto a eventos organizados en Estados Unidos que contaron con la presencia de peloteros, artistas, historiadores y periodistas cubanos, en los que aparte del excelente trabajo del presidente de esta Fundación, Thomas Goodman, el aporte económico de Lou fue vital.

Lou Schwechheimer durante una de sus visitas a Cuba. (Web Screen Shot)

   Lamentablemente la mayoría de los deseos de Lou no los podrá ver en vida. Algunos menos complejos que la franquicia cubana en Ligas Menores tampoco pudieron materializarse, en algunos casos por cuestiones legales por parte de Estados Unidos, y unos cuantos por la negativa de las autoridades cubanas. 

   Aunque existen otras personas con el interés y el poder para continuar parte de sus proyectos, la muerte de Lou abre muchas interrogantes con relación al futuro económico y deportivo de su equipo de Ligas Menores, además del proyecto del regreso de Cuba al béisbol profesional norteamericano.  

   Para el mundo beisbolero de Estados Unidos ha fallecido uno de los dueños de equipos de Liga Menor más respetados y experimentados, y para muchos que se relacionaron con él de una forma u otra ha dejado de existir una persona querida con un gran número de valores humanos. ¡Descansa en paz, entrañable amigo!

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