El deporte mundial vive muchas historias que calan bien profundo en la mente de los aficionados. La jornada del sábado 18 de mayo, visibilizó uno de estos capítulos, el que tuvo una solución inesperada y llena de emociones. La maratonista etíope Buzunesh Deba fue la protagonista del suceso.
Pero, para tener todas los pormenores del caso debemos remontarnos al 21 de abril del año 2014, más específicamente al evento del Maratón de Boston. En la mencionada lid, Deba obtuvo la segunda plaza con un tiempo de 2 horas,19 minutos y 59 segundos, siendo aventajada por la keniata Rita Jeptoo, quien marcó 2 horas, 18 minutos y 57 segundos.
Los bonos de la competición otorgaron a la vencedora 75.000 dólares por su sitial de honor y 25.000 dólares por el tiempo obtenido, que significó récord para el trayecto. Sin embargo, algo terrible ocurrió. El mes de noviembre del año 2014, dejó en evidencia a la representante de Kenya, ya que se comprobó que utilizó sustancias prohibidas en el Maratón de Boston.
Obviamente, las ganancias económicas que disfrutó Jeptoo fueron declaradas sin efecto, por lo que debía entregarle ambos montos a Buzunesh Deba. No obstante, este solo fue el inicio de un largo y tedioso proceso. La sancionada no devolvió el dinero y la etíope no pudo gozar de este. Los años pasaron y nada cambió.
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Buzunesh Deba recibió donación
¡Un nuevo acontecimiento surgió! Entre toda la polémica apareció el empresario Doug Guyer, quien decidió obrar de buena voluntad y donó los 75.000 dólares que debió recibir Deba por su primer lugar en el Maratón de Boston del año 2014. El mencionado benefactor también está dispuesto a dar a Buzunesh los 25.000 dólares del tiempo récord plasmado.
«Simplemente haz lo correcto y luego, si tienes que recurrir a abogados para recuperarlo, hazlo. Se trataba simplemente de corregir un error que había estado mal durante 10 años», expresó Guyer al Boston Globe.
«Buzu me llamó cuando recibió mi carta de la noche a la mañana y les aseguro que en mis 62 años nunca en mi vida escuché a alguien decir gracias con una gratitud más genuina», declaró el donante.
«Me puse a llorar cuando lo supe. Para nosotros, es un milagro. Es un cambio de vida. Hemos estado esperando mucho tiempo. Esto me permitirá entrenar de nuevo. No tengo patrocinador. Tenemos que pagar por todo. Y tengo dos hijos. El dinero los destinaremos al entrenamiento y a mi familia», ripostó Buzunesh Deba.
Pasaron 10 años y la vía legal no resolvió el dilema. Rita Jeptoo no entregó el dinero a su verdadera merecedora, lo que destapó un sinfín de críticas. A pesar de esto, una persona ajena a todo lo ocurrido apareció y cambió el panorama.
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