Por Swing Completo / contacts@swingcompleto.com
El Campeonato Mundial de Boxeo Amateur celebrado en la ciudad tejana de Houston en 1999, ha sido posiblemente el más polémico en la historia del deporte de los puños. Por no decir también el más escandaloso de todos.
Las cuestionables y hasta injustas decisiones arbitrales en algunos casos, trajeron incidentes graves dentro de la competencia. Aunque Cuba y Francia fueron los que protestaron más desaforadamente no fueron los únicos que se quejaron del resultado de varios combates.
Pero sin dudas que la retirada de la delegación cubana tras la derrota de Juan Hernández Sierra fue la nota más llamativa de aquel certamen. Y no fue una ida cualquiera, sino que en la misma el entonces preparador principal de la escuadra Alcides Sagarra le dijo de todo en público a los responsables de la competencia.
Muchos consideraron que el zurdo pinareño fue despojado de su victoria. De hecho, la propia AIBA se reunió luego y otorgó el título al dos veces subcampeón olímpico. Oficialmente él y Mario Kindelán fueron los únicos titulares por la parte cubana, la peor cosecha dorada en los anales de los Mundiales.
Pero la controversia no solo estuvo en el puntaje de los jueces en varias de las presentaciones de boxeadores cubanos y de otras nacionalidades, sino en el abandono de Cuba y la forma que se dio todo. Algunos consideran todavía hoy que era lo que por principios había que hacer ante tantas injusticias, mientras otros creen que había que mantener cierta ética y quedarse hasta el final, y entonces después protestar por todas las vías posible.
Del tema volvió a hablar hace poco Sagarra en un diálogo con la periodista Julita Osendi. Pese a su veteranía el avezado entrenador mantiene las energías suficientes para compartir vivencias y hasta contribuir aún de cierta forma con los pugilistas en desarrollo.
“La derrota de Maikro Romero fue un poco discutida pero cuando se dio el resultado le dijimos que se le advirtió de cómo debía llevar la pelea y no cumplió el plan establecido. Pero cuando vimos que Mario Kindelán había ganado fácil su pelea y el resultado, aunque fue a su favor terminó con una diferencia de 14-12 nos pusimos en alerta máxima. Dijimos, esto está malo.”, comenzó diciendo el hombre que condujo el boxeo cubano desde la década del sesenta hasta el 2000.
“A Sierra le dijimos que tenía que ganar limpio porque la situación estaba mala. Y él metió tremendo boxeo pero así y todo se la quitaron. Yo desde que subí le dije a él que no se metiera en eso, porque a lo mejor el árbitro lo podía coaccionar y perjudicarse más. Sorprendí a uno de los jueces pasando el botón rojo y le comento a Cedeño que aquí mismo se iba a formar”.
Después de darse a conocer la votación donde resultó vencedor el ruso Timur Gaidalov sobre Sierra, 5-3, ésta último y Sagarra comenzaron su fuerte protesta de rechazo. El primero no quería abandonar el ring mientras el jefe técnico de la selección cubana increpó duramente a todos los encargados del combate y el evento en sentido general. También se incluyó el directivo principal del boxeo en la Isla en aquel momento José Barrientos, al frente de la comitiva cubana en ese evento pugilístico.
“Es una falta de respeto. Es un descaro. La votación hay que virarla para atrás”, fue solo una parte de lo expresado de manera airada por un muy indignado Sagarra.
No es secreto para nadie que la decisión de retirarse de la competencia pocos minutos después de finalizo el combate de Hernández Sierra fue enviada desde la propia capital cubana.
“Fidel (Castro) nos llamó y nos dijo que nos fuéramos de ahí. Por principios teníamos que irnos, aunque ello significara que Savón no pudiera discutir un nuevo título mundial. Pero se había llegado a un punto que no podía hacer ya otra cosa. Además, después de lo vivido hasta ahí lo más probable que con él pasara lo mismo y sobre todo porque le tocaba pelear contra un americano. Era más importante el honor que cualquier cosa. Por eso nos fuimos y todavía hoy sigo pensando que fue se hizo lo correcto”, concluyó el más laureado de todos los entrenadores de boxeo dentro de Cuba.
El Mundial de Houston 1999 fue ganado por Estados Unidos tras alcanzar cuatro medallas de oro. Una de ellas fue del 91 kilos Michael Bennet por no presentación de Félix Savón tras la retirada de Cuba. De haberla conseguido hoy ostentaría ocho títulos en su carrera.
El otro cubano que perdió por este mismo concepto fue el 71 kilogramos Jorge Gutiérrez, quien debía pelear al otro día de la convulsa situación que se generó en la arena tejana.
Como se señaló al comienzo, también se dieron protestas bien acentuadas con otras delegaciones. La más llamativa de todas fue la de Francia luego de considerar estos que el semipesado John Dovi había sido despojado de su triunfo en la discusión del oro frente al local Michael Simms.
Cuba terminó segunda con 2-3-0 mientras Rumanía fue tercera con 2-1-4, y fue por cierto la representación que más preseas alcanzó entre todos.
La actitud de los protestantes nunca generó ningún tipo de represalia. Sin embargo, sí se tomaron medidas con los jueces involucrados en muchos de los combates controversiales por parte de la AIBA. Incluso algunos funcionarios de esta institución fueron suspendidos de sus cargos luego de la fuerte presión ejercida por el COI que llegó a amenazar con sacar al boxeo del programa olímpico.
A día de hoy este deporte no ha dejado de generar escándalos variados, especialmente el relacionado con la corrupción. Tal motivo provocó la inédita medida de asistir como disciplina a los Juegos Olímpicos de Tokio bajo el auspicio directo del COI al ser aislada por completa la AIBA, y el riesgo de una cita de París sin el boxeo está bien latente si no se producen una serie de cambios en el futuro inmediato.
El boxeo amateur y el profesional han estado signados por las apuestas ilegales y la corrupción quizá como ningún otro deporte en el mundo, y Houston solo fue la primera bomba. Aunque ninguna fue tan explosiva dentro de un mismo evento.
Muchos cubanos aplaudieron la actitud de Cuba tras el fallo de Hernández Sierra, tanto la protesta como la retirada, aunque otros piensan que fue excesivo y que la reclamación debió hacerse sin formar ese escándalo por muy injusto que se estuviera siendo en los veredictos. Y ese mismo grupo también cuestiona la retirada con dos peleas aún por celebrar, y sobre todo porque no fue una decisión de la delegación, sino que se determinó eso tras una orientación desde La Habana de Fidel Castro.
Dos años después de Houston 1999 Cuba arrasó en el Mundial que esta vez fue celebrado en Belfatst, Irlanda del Norte, el cual constituye hasta la actualidad como la segunda mejor actuación del boxeo cubano después de los ocho títulos de Tampere 1993.