Apareció exlanzador cubano de Grandes Ligas que parecía perdido, tras el llamado de Swing Completo

Daniel De Malas Andreu

Actualizado en:

MLB

Por Swing Completo Hace unos días Swing Completo emitió una nota en la que se mostraba la preocupación de varias personas, incluidos colegas, por desaparecer todo tipo de comunicación con uno de los peloteros cubanos con presencia en Grandes Ligas más veteranos. La preocupación era bien notable a partir de su avanzada edad y el…

Por Swing Completo

Hace unos días Swing Completo emitió una nota en la que se mostraba la preocupación de varias personas, incluidos colegas, por desaparecer todo tipo de comunicación con uno de los peloteros cubanos con presencia en Grandes Ligas más veteranos. La preocupación era bien notable a partir de su avanzada edad y el hecho de vivir en solitario por no tener familia cercana.

El alcance de nuestro medio hizo que enseguida comenzaran a escribirnos con informaciones sobre él, al principio un tanto desactualizadas hasta que por fin recibimos detalles recientes que incluyeron hasta un video que le grabaron.

Así es que pudimos conectar con el carismático Gonzalo Naranjo Couto, conocido cariñosamente por todos como “Cholly”. Si bien su estado de salud dista del hombre que impresionaba hasta hace tres o cuatro años por su formidable memoria y su capacidad física lo suficientemente favorable para desarrollar todo tipo de actividades, al menos todavía se vale por sí solo para desplazarse a determinados puntos de Miami.

El video enviado a Swing Completo fue tomado por uno de los barberos del sitio que actualmente más visita Naranjo, la barbería de Palm Ave y la 9, en el East de Hialeah.

Uno de los mejores amigos de “Cholly”, el periodista Yasel Porto, se personó en este establecimiento para establecer contacto directo con él y saber en qué condiciones reales se encuentra hoy día.

“No pude dar con él lamentablemente. Ese día no había ido a visitar a sus amigos barberos. Ellos me comentaron sobre él, y si bien me tranquilizó por un lado el saber que está con vida y que por lo menos todavía tiene fuerzas para coger un bus y moverse a ese y otros lugares de la ciudad, hubo otras cosas que me entristecieron un tanto”, nos comenzó escribiendo Porto después de salir de ese sitio.

“Su memoria no está bien y eso ya lo había constatado tres meses atrás cuando nos vimos por última vez. Ha perdido varias veces su teléfono, razón por la que si hoy lo llamas a su móvil o le escribes al Facebook no podrás comunicarte. Los barberos lo ayudan no solo dándole vida con sus conversaciones, sino que muchas veces contribuyen materialmente con él y lo regresan a su casa, que es relativamente cerca. Cuando ves el video que le grabaron hace unos días y lo comparas con las tantísimas grabaciones que le hice tres o cuatro años atrás la diferencia es considerable, y eso me pone un poco mal. Es verdad que es la ley de la vida, pero saber que una persona a la que has querido y admirado tanto, se va apagando poco a poco y ni siquiera puedes darle el tiempo que tú quisieras por la misma dinámica de la vida, te abruma verdaderamente”.

Según le dijeron a Yasel en la barbería, Cholly Naranjo se ha negado a ingresar a un centro especial para ancianos, aunque no sea con internamiento total.

“Cholly no va a ingresar jamás a un lugar de esos, por muy buenas condiciones que tenga. Él es de esas personas que se acostumbraron a vivir solas y andar por ahí con total libertad, sin rendirle cuentas a nadie. Dios quiera que su salud mental y física al menos le permitan seguir andando por ahí por muchos años más, regalando alegrías a los demás y ganándose el corazón de tantas personas”, concluyó Porto, quien incluso llegó a realizar viajes con Naranjo más allá de la ciudad de Miami en proyectos de béisbol.

A punto de cumplir 87 años en el mes de noviembre, Naranjo es el cuarto cubano con presencia en Grandes Ligas con mayor edad de los que están con vida. El exjardinero Romás Mejías sigue teniendo la supremacía en tal sentido con nueve décadas cumplidas.

Natural de La Habana, “Cholly” lanzó en 1956 con los Piratas de Pittsburgh y llegó a convertirse en uno de los principales serpentineros del Almendares en la etapa final de la Liga Profesional cubana. 

Deja un comentario