Por SwingCompleto/ contacto@swingcompleto.com
Una historia poco conocida del tope entre Cuba y los Orioles de Baltimore se relaciona con el reconocido expelotero y árbitro Germán Águila Mesa, participante en funciones diferentes en los dos juegos históricos.
Natural de la antigua provincia Las Villas pese a jugar siempre con los equipos habaneros, el controvertido y recio veterano nos contó la razón por la cual fue sustituido como árbitro para el encuentro que se desarrolló en el Candem Yard, al cual no obstante fue invitado como parte de la enorme comisión de embullo que llevó la selección cubana.
Como es conocido por muchos Águila fue el árbitro de segunda base en el juego efectuado en La Habana cuyo resultado final favoreció a los norteamericanos 3×2. Cuba amenazó en su última oportunidad ofensiva pero una jugada en la intermedia evitó que la situación se complicara más para los visitantes. Fue precisamente el out cantado por nuestro entrevistado la causa principal de lo que sucedería posteriormente según las palabras de quien sobresaliera en los años 60 y 70 como tercera base de los equipos capitalinos.
“Yo estaba puesto desde un inicio como árbitro de aquel segundo juego pero me quitaron por César Valdés. Incluso me habían quitado de la delegación en general, pero después me tuvieron que poner otra vez por mi condición de campeón mundial y centroamericano”, comenzó diciendo.
Águila, quien afirmó sentirse “fidelista” desde antes de 1959, afirmó sin vacilar que él no se equivocó con aquel out que cantó sobre Enriquito Díaz en segunda base incluso después de volverla a ver en cámara lenta.
“No me gusta hablar de los difuntos pero José Ramón Fernández me llamó el día antes de irnos para Estados Unidos en una reunión en la Plaza de la Revolución y me preguntó el por qué no había decidido a favor de nosotros. Yo le dije que con el respeto que se merecía, que ustedes nunca me enseñaron a hacer esas cosas. Cuando perdimos, perdimos, porque cuando es al revés y nos quitan una pelea de boxeo yo me siento bien molesto. Por lo tanto yo tengo que decidir como me han enseñado en Cuba, y como yo he crecido en este país, razón por la cual yo no podía decidir a favor de nosotros. Simplemente no podía decidir”.
Luego el ya jubilado “umpire” residente en La Habana desde los años sesenta agregó otra historia cuando ya estaban en el avión rumbo a la ciudad del estado de Maryland, la cual se vincula con el entonces canciller Felipe Pérez Roque.
“Yo iba sentado en el avión al lado de Nelson y Felipe llama a Nelson y le dice que de forma irónica más para allá que para acá, refiriéndose a mí indirectamente. Yo lo miré medio atravesado, pero no le dije nada después de la puya que me había tirado. Al final me le eché a reír porque en definitiva Fidel fue mejor que él cuando me dio en el pecho como tres manotazos reconociendo mi actitud y diciéndome que me había convertido en un tremendo árbitro”.
Águila dijo que después que ya estando en las gradas del Camden Yards no sintió ningún tipo de malestar y solo le interesaba el resultado del equipo cubano. “Yo soy como la abeja, que está produciendo miel para la humanidad. A mí lo que no se me puede levantar la mano como mismo me enseñó mi padre, siempre el respeto por encima de todo pero jamás he tenido miedo en mi vida”, concluyó el miembro de los míticos Industriales que bajo la dirección de Ramón Carneado ganaron cuatro títulos consecutivos entre 1963 y 1966.
El segundo juego del tope Cuba-Baltimore celebrado el 3 de mayo de 1999 tuvo la presencia de los árbitros cubanos Nelson Díaz, Omar Lucero y Luis César Valdés, junto a tres de la Major League Baseball.