Por José Alejandro Rodríguez Zas
El 10 de julio de 2014, cuando todavía estaba lanzando para los Cincinnati Reds, el cubano Aroldis Chapman, cerrador estrella de los New York Yankees en los últimos años y actualmente agente libre, fue protagonista de una discusión con el entonces primera base de los Chicago Cubs, Anthony Rizzo, hoy inicialista de los Yankees.
En un partido muy tenso de principio a fin y con el antecedente de un trío de pelotazos (uno de ellos a Rizzo) que tenían ya la situación bien caliente entre ambos equipos, Chapman entró a relevar durante el noveno capítulo, con pizarra marcando un empate a cuatro carreras entre Reds y Cubs.
El cubano retiró fácilmente al bateador sustituto Justin Ruggiano, antes de lanzarle dos rectas muy desviadas a Nate Schierholtz, con velocidades de 100 y 101 mph, que no le gustaron nada al entonces jardinero de los Cubs, ni tampoco a sus compañeros de equipo, principalmente a Rizzo.
Chapman logró ponchar a Schierholtz y, acto seguido, Rizzo comenzó a gritar obscenidades al lanzador zurdo cubano, desde el escalón superior del dugout de los Cubs. Chapman, en respuesta, sólo fijó su mirada hacia el origen de los improperios, lo cual, sin dudas, avivó la ira de sus rivales.
A pesar de regalar un pasaporte gratis, el cerrador cubano dio el cero en el inning y mantuvo el juego igualado. Pero, en su camino hacia el banco de los Reds, Chapman hizo un gesto agitando su guante, en una especie de “saludo pintoresco” a Rizzo y sus compañeros, lo cual desbordó la copa de la ira en el dugout de los Cubs.
Rizzo se dirigió a ocupar su posición defensiva en la inicial, mirando todo el tiempo para banco de Cincinnati y, al primer guiño de ojo, se quitó el mascotín y la gorra y se dirigió, en solitario, a defender la causa de su equipo. Sus compañeros lo siguieron y se vaciaron las bancas en el Great American Ball Park de Cincinnati.
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Luego de ese suceso, Rizzo y Chapman fueron compañeros de equipo, precisamente, en el conjunto de los Cubs que se proclamó campeón de la Serie Mundial de 2016, rompiendo una maldición de más de 100 años sin que la franquicia de Chicago ganara un campeonato en Las Mayores.
Actualmente, Rizzo y Chapman juegan juntos es los New York Yankees y son parte de la excelente reacción que ha tenido el equipo para colarse en la postemporada de MLB 2021, ganando 13 juegos en línea. No se ha reportado enemistad entre ambos jugadores.
Esto lo confirmó el propio Aroldis Chapman en el “El Show de Swing Completo”. en la noche del 23 de marzo de 2021-
“Yo no tengo problemas con él, ni con ningún pelotero”, dijo Chapman en el programa, antes de narrar, desde su perspectiva, lo ocurrido en ese juego entre Reds y Cubs, en el cual se vaciaron las bancas.
“Recuerdo que varios jugadores salieron del dugout (de los Cubs) hablando y voceándome cosas, por unos lanzamientos que se me fueron, frente a un bateador zurdo. Ellos estaban hablando mucho y yo hice una reacción con la mano y el guante como: «¡Dale para allá, viejo!”. Parece que eso les molestó también.”
“En ese tiempo el shortstop de Chicago era (Starling) Castro, con quien me llevo bien e incluso hoy tenemos buena relación. Castro estaba en su posición y él y yo estábamos hablando prácticamente por señas.”
“En el momento que le estoy haciendo señas a Castro, Rizzo miró para el banco y me ve haciendo gestos. Entonces, él se quitó la gorra, tiró el guante y fue para el dugout a pelear con uno.”
“Después, cuando llegué al equipo (de los Cubs), no pasó nada más, todo se quedó ahí, normal. Él y yo nos tratábamos y nos hablábamos, pero hasta ahí”, concluyó Chapman.
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Eso fue cuando Chapman estaba flaco, después, cuando Chaman pasó por el gimnasio y se puso a entrenar con Yordenis Ugás, a Rizzo se le quitó la guapería.