Por Juan Páez
Ser cerrador por largo tiempo en Grandes Ligas no es tarea sencilla. Se requieren nervios de acero, salud, calidad, consistencia y otros intangibles más. Y si eso parece difícil, cerrar juegos para los New York Yankees por varias temporadas es incluso más complicado. Se trata del equipo con más títulos en la historia de la Gran Carpa, quizás el de más tradición y el más popular alrededor del mundo.
En esta nueva temporada de las Mayores, con fecha para iniciar este jueves, Aroldis Chapman va por otra marca histórica dentro de esa organización. Si salva 10 encuentros, algo que en teoría debería lograr sin problemas, se convertirá en apenas el sexto pitcher con cinco temporadas o más de, como mínimo, 10 rescates.
Hasta ahora, cuando el cubano está igualado con Joe Page (4), ese grupo lo conforman: Mariano Rivera (16), Dave Righetti (7), Rich Gossage (6), Sparky Lyle (5) y Johnny Murphy (5). El único de esos lanzadores en conseguir tal hito con el mítico uniforme de rayas en los últimos 30 años es Rivera, quien terminó su trayectoria como el cerrador con más juegos salvados (652) y más encuentros terminados (952) en la historia de las Grandes Ligas.
Chapman comenzó su paso por Nueva York con 20 rescates en 2016, siguió con 22 en 2017, 32 en 2018 y 37 en 2019, pero el año pasado solo se anotó trío de salvamentos en la recortada ronda regular.
El Misil cubano, de 33 años de edad recién cumplidos, puede darse el lujo de decir que fue el primer cerrador verdaderamente establecido y duradero en ocupar el trono en el que reposó el panameño Rivera a tiempo completo por 17 campañas, el mismo que mandó al legendario serpentinero a convertirse en el primer exaltado unánime al Salón de la Fama de las Grandes Ligas.
Para Chapman, quien entra al segundo año de un contrato de tres temporadas, la zafra 2021 podría tornarse bastante especial. No solo tendrá este récord en su camino para hacer de este un torneo interesante. También persigue los 300 salvados de por vida, para los que necesita concretar otras 24 victorias, y los mil ponches, una marca a la que llegará cuando retire a otros 95 contrarios por la vía del tercer strike.
Con seis apariciones en el Spring Training, el espigado zurdo antillano dejó todo listo para el Opening Day. Tiró 5.1 episodios y registró efectividad de 5.06, producto de una única mala presentación. En total, recibió tres hits y tres carreras limpias, con dos bases por bolas y siete abanicados. Los contrarios le batearon apenas para .158 de promedio.