Por Juan Páez
En la historia de la armada cubana en Grandes Ligas, José Canseco tiene la exclusividad de ser el único pelotero en lograr el 30-30 (30 bases robadas, 30 jonrones). De hecho, aquella temporada de 1988 fue tan brillante para el antiguo slugger, que se convirtió en el primer 40-40 del béisbol, pues finalizó la campaña con 42 vuelacercas y 40 almohadillas estafadas. Pero en un intento por rozar la historia nuevamente, hay que preguntarse quiénes son los más fuertes candidatos cubanos para lograr, al menos, el 30-30.
Y en esa lista, de primeros, entran Randy Arozarena y Luis Robert, ambos con una exquisita combinación de velocidad y poder que no se ha visto demasiado en el historial de los cubanos en Grandes Ligas, con excepción de unos pocos. A este punto, quizás Robert sobrepasa las proyecciones de Arozarena. En los factores importantes para alcanzar un 30-30, es quien tiene más poder y más velocidad en las almohadillas.
En este caso, hay dos factores importantes y curiosos. Al mismo tiempo que Robert no se mantuvo sano en su segunda temporada en las Mayores con los Medias Blancas de Chicago, Arozarena conquistó un importante 20-20 con los Rays de Tampa Bay (cuarto cubano en la historia, junto con Bert Campaneris, Rafael Palmeiro y Canseco). Es un avance importante, pues Arozarena podría seguir desarrollando poder y mejorando sus habilidades para el robo de base, algo que está entre sus pendientes tomando en cuenta que lo pusieron out en 10 ocasiones el año pasado en intento de robo.
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Pero una vez que Robert pueda mantenerse alejado de la lista de lesionados, no hay razón para pensar que no podrá unirse a Canseco. La Pantera ya sabe lo que es estafar 30 almohadillas y sacar 30 pelotas del parque en un año. En 2019, combinando su actuación en distintas categorías de las Ligas Menores, el jardinero central terminó con 32 cuadrangulares y 36 cojines conquistados.
Quizás el 2021 habría sido un buen año para ver, por primera vez, a una pareja cubana con 20-20 en una misma campaña si Robert no hubiese perdido tanto tiempo en la lista de incapacitados. Sin embargo, el tiempo está del lado de la armada cubana. ¿La razón? Arozarena apenas cumplirá 27 años el 28 de febrero y Robert no verá las 25 primaveras hasta el 3 de agosto.
Además de eso, los contratos tampoco preocupan. En el caso de Arozarena, el patrullero estará bajo control de los Rays hasta la temporada del 2026, aunque hay posibilidades de que, más pronto que tarde, le extiendan su contrato. En cuanto a Robert, el fenómeno antillano incluso firmó un acuerdo antes de llegar a la Gran Carpa, por seis años y 50 millones de dólares. Su pacto, para mayor seguridad, incluye opciones del equipo para las zafras de 2026 y 2027. Tiempo hay, y de sobra… Veremos cómo les va a ambos en 2022.