Por Andy Lans
Una jornada magnífica tuvieron los cubanos en el día inaugural de la lucha grecorromana en los Olímpicos de Tokyo. Quedó claro que cualquiera gana o pierde, pero Mijaín López, no.
El Gigante de Herradura marcó 17 puntos en octavos y cuartos de final ante Alin Alexuc-Ciurariu y Amin Mirzazadeh respectivamente. De más está decir que prevaleció en ambos combates por superioridad técnica sin que le marcasen un solo punto. De ese modo, Mijaín avanzó a semifinales donde enfrentó al turco Riza Kayaalp en una verdadera “final adelantada” con sabor a revancha para el europeo que perdió la semifinal de Londres 2012 y el oro de Rio 2016 por culpa del gladiador de Pinar del Río. La historia no cambió en esta oportunidad. López se interpuso por tercera vez en el camino olímpico de Kayaalp al derrotarlo 2-0 con dos unidades por pasividad. Aunque Mijaín logró un desbalance, la repetición del video lo anuló.
No menos fuerte se mostró el cubano-chileno Yasmani Acosta. El antillano venció 5-1 en su primera trifulca al tunecino Amine Guennichi, y en cuartos, no concedió libertades al uzbeco Muminjon Abdullaev. Triunfó 2-0 sobre el asiático, para acceder a semis contra el georgiano Iakobi Kajaia y ponernos a soñar con una final cubana en los 130 Kg. Desgraciadamente, Acosta no pudo retener su ventaja 1-0 ante Kajaia. El georgiano, subcampeón de Europa en 2019 y 2021, empató el pleito 1-1 para avanzar a una inesperada definición ante Mijaín. Acosta enfrentará por el bronce al que gane el repechaje entre el finlandés Elias Kuosmanen y el ruso Serguei Semenov.
En tanto, Luis Orta sorprendió para bien a la afición cubana. A su esperada sonrisa 5-0 ante el estadounidense Ildar Hafizov, sumó una espectacular remontada frente al ruso Serguey Emelin. Pese a que salió detrás 0-3 contra el subcampeón del mundo, el 60 Kg de Cuba le descontó hasta asegurar su presencia en la semifinal con un marcador de 4-3. En dicha instancia, dio clases al moldavo Victor Ciobanu, al que venció convincentemente 11-0. En la final, Orta enfrentará al local y doble monarca mundial Kenichiro Fumita.