Tabla de contenidos
Por más que hayan tratado de ignorar y aun borrar su historia previa a 1959, el beisbol cubano sigue aferrado al recuerdo de sus años mozos. Lo que sigue son algunas historias notables escritas hace más de siete décadas, cuando (como dice el video que acompaña esta nota) la pelota era pasión, leyenda y resistencia.
Adolfo Luque, el primer gran lanzador cubano en las Ligas Mayores
Le decían “Papá Montero” y su calidad desde la lomita generó tantas anécdotas como la expl0sividad de su carácter. No destacó por su estatura ni fue un ponchador nato, pero se mantuvo veinte años en el Big Show, ganó dos Series Mundiales e igual cantidad de títulos de efectividad. El beisbol cubano blasonaría después de tener a Luis Tiant, Mike Cuéllar y los otros, pero antes que ninguno brilló Luque.
Martín Dihigo, el pelotero total
Si se habla de peloteros versátiles se está hablando del “Maestro”, un jugador elegido al Salón de la Fama de Estados Unidos, Cuba, México, Venezuela y República Dominicana. De él, el gran Johnny Mize llegó a decir que “era el único pelotero que vi capaz de jugar las nueve posiciones, dirigir, correr y batear a las dos manos”. Un monstruo en toda regla.
El beisbol cubano y sus grandes hitos antes de 1959
Cuba no tuvo que esperar por Jackie Robinson
En las Ligas Mayores la barrera racial no se quebró hasta que Jackie Robinson salió a sus diamantes en 1947, pero el beisbol cubano juntó a blancos y negros en los mismos equipos desde el siglo XIX, lo que convirtió a la isla en una pionera de la integración racial en el beisbol.
Habana versus Almendares: La gran rivalidad
A medida que la liga cubana creció en nivel y arraigo, la rivalidad entre Habana y Almendares dividió al porcentaje mayor de los fanáticos, que vivieron aquellos enfrentamientos con la misma pasión que se disfruta el fútbol en países como Argentina o España.
Estrellas y escándalos en el beisbol cubano
A Satchel Paige le gustó Cuba
El legendario lanzador Satchel Paige no vaciló para decir que sus mejores días los vivió en Cuba. Arrogante, licencioso, original hasta para el windup, sus hazañas en las Ligas Negras se cuentan por centenas, y las Ligas Mayores todavía lo cuentan como el pitcher más viejo (59 años) en escalar a sus lomitas.
La oreja peluda del fraude asomó en 1946
El escándalo de sobornos que estremeció al beisbol cubano en 1946 recordó el viejo incidente de la Serie Mundial de 1919 entre Chicago White Sox y Cincinnati Reds. Por fortuna, aquello no bastó para que la pasión aminorara, ni tampoco para mancillar el prestigio de una pelota llena de episodios de gloria.
Orestes Miñoso, el “Cometa Cubano”
Antes que él no hubo ningún latino negro en las Ligas Mayores, ni en el Juego de Estrellas. Pasó por el beisbol cubano como un terremoto, y en Estados Unidos devino figura imprescindible de la escuadra del sur de Chicago. Su primer juego MLB lo jugó en 1946; y el último, 34 años más tarde. Créalo o no lo crea.
Michel Contreras González
Periodista deportivo con treinta años de carrera. Graduado de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, ejerció el periodismo en medios como Juventud Rebelde, Bohemia y Cubadebate antes de adherirse a la llamada prensa independiente, para la cual ha sido colaborador de la página deportiva en Oncuba, Cibercuba y Cubanet. Artículos suyos han aparecido en varias publicaciones extranjeras de habla hispana. Obtuvo numerosos premios en concursos de carácter provincial y nacional. Tiene publicados los volúmenes “Dioses Paralelos” (Ediciones Loynaz) y “Vuelos de Gavilán” (Unos y Otros Ediciones). Apegado fundamentalmente a la crónica, el comentario y la entrevista, la mayoría de sus textos versan sobre béisbol, fútbol y ajedrez, sin desdeñar el boxeo y el atletismo.