Por Alexander García Milián
Cuando todos miran al primer lugar de Santiago o al duelo de comodín entre Granma e Industriales, pocos resaltan el papel del actual campeón nacional, Las Tunas.
Para despejar cualquier tipo de dudas el mejor cierre de campeonato lo tuvo el elenco de Pablo Civil que no paró de ganar hasta terminar tercero a un juego del primer lugar.
La leyenda continua, pues con esta actuación y por ende con el pase a segunda ronda de la Serie 59, los tuneros rompen una especie de racha negativa de los equipos campeones, los que al año siguiente de ganar se quedan sin clasificar después de la primera etapa, miren a Granma, a Ciego a Pinar, ejemplos sobran.
Pero mirando un poco más allá, los tuneros llevan varios años marcando una estabilidad en su rendimiento que a mi entender los convierte en el equipo más sólido del país; antes de ser campeones, perdieron con Granma en la final y en la Serie 55, cayeron en cerrado duelo por el comodín con Camagüey.
Si muchos criticamos lo hecho por Civil en la temporada anterior cuando entrego el juego para eliminar a Industriales, señores no es menos cierto que el hombre sabe lo que hace y en este contexto por el cual transita el beisbol merece las palmas, pues a remendando por aquí y por allá, haciendo maravillas con sus lanzadores, Yudiel Rodríguez abre un día y es el cerrador al tercero, Carlos Juan Viera tira un juegazo y después tiene que llegar de taponero a resolver el problema.
Como ocurre siempre con los elencos que no son los agraciados de la plataforma mediática en Cuba; la actuación de las Tunas desde que empezó la actual competencia ha estado sumida en un vacío informativo que le baja la moral a cualquiera pero en este punto, sin objeción, con cinco buenos refuerzos, tiene para contender y luchar por el bicampeonato, incluso pienso que tiene equipo para seguir en la élite varios años.
Así son las cosas, sin hacer bulla, los Alarcón, Johnson, Peña y compañía siguen dando que hablar y tienen para ratos.
Nos vemos a la vuelta.