BLOOPER DEL AÑO: Báez ya no es EL MAGO, Randy desafió Ley de Gravedad ante Gerrit Cole

Por Franco Miguel Alvariño El béisbol, en ocasiones, depara momentos insólitos, que luego demoran mucho en repetirse. Entonces, estar presentes para contarlos es uno de los mejores privilegios que puede tener un reportero. Si el suceso ocurre en una calle, un parque o cualquier área que se utilice para jugar con un bate y una […]

Por Franco Miguel Alvariño

El béisbol, en ocasiones, depara momentos insólitos, que luego demoran mucho en repetirse. Entonces, estar presentes para contarlos es uno de los mejores privilegios que puede tener un reportero.

Si el suceso ocurre en una calle, un parque o cualquier área que se utilice para jugar con un bate y una pelota puede que quede impune, pero si pasa bajo los reflectores del mejor béisbol del mundo, en los estadios de las Grandes Ligas, es muy difícil que no se convierta en tendencia en muy pocos minutos.

Así le ocurrió al cubano Randy Azorena en el choque de los Tampa Bay Rays y los New York Yankees. Cuando consumía su segundo turno legal frente al estelar, Gerrit Cole, el jardinero hizo swing en cuenta 1-1 y levantó un batazo muy elevado entre el receptor y el lanzador.

Con la conexión del cubano, que se produjo en la parte baja de la tercera entrada, con su compañero Yandy Díaz en la intermedia y dos outs en la pizarra, se movilizó todo el cuadro en busca del fly. Varios segundos pasaron desde que la bola chocó en el bate y salió fuera del alcance de las cámaras.

Por un momento, pareció que rompía la Ley de la Gravedad. Pero no. La tesis de Isaac Newton se mantuvo intacta. En esta ocasión la bola quedó en la estructura del techo del “Tropicana Field” y Arozarena tuvo que regresar a enfrentar al derecho de los Yankees, tomando su segundo ponche de la tarde..

Randy alineó en el encuentro como quinto bate y jardinero izquierdo. Hasta el momento que se redactó esta nota, el pinareño acumulaba cuatro turnos legales al cajón de bateo, con una carrera anotada y dos ponches incluidos. Por tanto, su average ofensivo quedaba en .258

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