El segundo choque de la Serie Divisional entre los Padres de San Diego y los Dodgers de Los Ángeles dejó muchas emociones, grandes batazos y jugadas defensivas espectaculares, como la protagonizada por el relevista de los Dodgers Brusdar Graterol en la parte alta del sexto episodio.
Después de cinco entradas de labor, en las que permitió tres carreras, le conectaron seis hits, ponchó a igual número de rivales y no otorgó boletos, Clayton Kershaw fue sustituido por Graterol, quien tuvo un trabajo bastante complicado desde el mismo inicio.
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El designado y cuarto bate Brandon Drury abrió el inning con cohete al jardín central, luego obligó a Cronenworth a batear por el cuadro para forzar a Drury en segunda; luego, un error del torpedero Trea Turner puso la situación más complicada al dejar con vida en primera a Wil Myers y Jurikson Profar hizo patente el dicho que después del error viene el hit y conectó un sencillo a la banda derecha que remolcó desde segunda a Cronenworth, la carrera que finalmente decidió el choque y puso la pizarra 4×3.
Con hombres en primera y tercera, la dirección de los Padres mandó a Trent Grisham, que se había ido en blanco en el partido, a tocar la pelota en un intento de squeeze play que hubiera funcionado si no hubiera sido por la excelente intervención del lanzador Graterol.
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El toque salió por tercera y el relevista de los Dodgers se desplazó rápidamente en busca de la pelota e hizo lo único que podía evitar la carrera, lanzar la pelota hacia la goma en movimiento y de esa manera «enfrió» en el plato a Myers que se lanzó de manos intentando evitar ser atrapado.
A pesar de esta gran acción defensiva, Graterol cargó con la derrota, pues los Dodgers no pudieron remontar la desventaja y terminaron cayendo con marcador final de 4×3.