Por Álex Fernández Fernández
Bryan Ramos es el clásico jugador joven que le ves bate en mano, y piensas en un verdadero tanque de guerra. Uno que pega bombazos de escándalo en las Menores, como el más reciente. Ya hace apenas un año había sido elegido el Jugador del Año con los Cannon Ballers de Kannapolis, de la Clase A. Pegó 13 jonrones y robó igual cantidad de almohadillas.
Ahora en Doble-A despachó el segundo de su cuenta personal para poner arriba en el marcador del más reciente partido a los Barons, la filial en esa categoría de los Medias Blancas. Recta al medio, más que cómoda que no perdona el criollo y conecta batazo por todo el jardín central, la bola que salió a 105 mph no paró hasta los 424 pies, uno de los más largos que se le ha visto en el año.
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El capitalino le pega como el típico slugger: se le queda mirando desde que impacta. Swing de golfeo como dictan los cánones modernos para los toleteros de más poder, aunque no ha arrancado bien en sus primeras 32 comparecencias al cajón de bateo en Doble-A, la mayoría de los expertos le ven muchas potencialidades al cubano, quien a sus 20 años y con más de 100 kilos de peso podría convertirse en un bateador de respeto en el futuro en las Mayores.
Ahora disfrutemos del batazo de uno de los cubanos que forman parte del “Proyecto Birmingham” , estrategia de desarrollo de los White Sox para los más talentosos de su organización en las Menores.