Por Enrique Rey
Mucha polémica se generó dentro y fuera de las redes sociales con relación a la iniciativa de representar los números de un grupo de estrellas santiagueras sobre el dogout de home club del estadio Guillermón Moncada en la capital oriental, excluyendo del reconocimiento a legendarios peloteros del territorio en el marco del Juego de las Estrellas de la 60 Serie Nacional de béisbol cubano.
Aunque el caso más sonado fue el del llamado “capitán de capitanes” Antonio Pacheco, otros ex jugadores notables como Fausto Álvarez, Gabriel Pierre, Rolando Meriño, Héctor Olivera y Alexei Bell fueron desestimados del citado homenaje de los números con los cuales trascendieron dentro y fuera del entorno netamente provincial.
Como también ha trascendido bastante la Dirección de Deportes de Santiago de Cuba emitió una nota que fue tan o más cuestionada que la omisión comentada anteriormente, y por si no bastara todo este escándalo el remate fue sustituir los números de los estelares no discriminados (Vinent, Kindelán, Vera, Ormari, Isaac, Laffita, Jorge García, etc.) por los años en los que las selecciones indómitas han sido monarcas.
El detalle para nada insignificante es que los propios santiagueros encargados de llevar a cabo el cambio se equivocaron en dos de los trece campeonatos ganados por ellos al poner 2006 y 2009 en vez de 2005 y 2008. Un error completamente evitable de haberse tenido la suficiente profesionalidad y buscar en alguna guía o preguntado a estadísticos, peloteros o periodistas asistentes al evento.
A partir de todas estas situaciones increíbles y cada vez más graves que han sido fruto de críticas constantes y crecientes, el programa “Bola Viva” de la televisión cubana iba a ser el único de los medios oficiales de prensa pertenecientes al ICRT que hablaría sobre el tema y daría una merecida explicación a la afición cubana.
El reconocido conductor del espacio Hernández Luján se había comunicado con la Comisión Nacional para obtener una respuesta vinculada con éste y otros tópicos que en las últimas fechas han estado en la comidilla de muchos seguidores del béisbol en la Isla. El Director Nacional Ernesto Reinoso aclaró que todo lo relacionado a esa y otras iniciativas del Juego de Estrellas fueron responsabilidad del INDER de Santiago de Cuba y que ellos (la Comisión) no asumían eso.
Sin embargo, después de grabarse el programa en la jornada del lunes en el que fue incluido este acápite tan controversial, el momento de compartir este particular con los espectadores fue suprimido completamente de la emisión que salió al aire en la noche del martes. Una fuente vinculada al equipo de realización del espacio señaló que hubo una orientación más arriba de la dirección del programa en la que se censuraba lo concerniente a la situación de los expeloteros estelares que a criterio de la mayoría fueron dejados fuera de forma injusta del homenaje en el Juego de Estrellas.
Es evidente que la misma directriz fue enviada de antemano a los comentaristas de la transmisión televisiva del evento junto a otros medios oficiales radiales, pues en ningún momento se escuchó a Rodolfo García o Evyan Guerra referirse a este hecho. Incluso en la fecha del martes no se repitió el tiro de cámara sobre el dogout de primera base como sí ya había sucedido el sábado, y que junto a fotos de algunos colegas destapó la furia de muchos.
Desconocemos si la prensa santiaguera se hizo eco de lo acontecido desde el pasado sábado, aunque no es de extrañar que haya habido silencio total. El mismo mutis del habitual del noticiero de la noche Pavel Otero, el crítico de los “hipercríticos de las redes”, valiente con lo que le conviene y no con lo verdaderamente justo.
A diferencia del tema Pacheco y compañía, Luján sí pudo transmitir otras aclaraciones del Comisionado Nacional entre las que estuvo el discutido no hit no run del matancero Noelvis Entenza frente al conjunto de Granma la pasada semana. Reinoso manifestó que eso fue responsabilidad del anotador oficial del desafío, el cual tiene 24 horas para revocar su decisión en caso que así lo considera, y que la Comisión lo más que puede hacer es aconsejar. Punto.
Es plausible nuevamente la actitud llevada a cabo por el staff del gustado programa televisivo de darle a la afición toda la información posible, pero es sabido que hay muchas cosas que van más allá de las intenciones a algunos que sobresalen por su profesionalidad.
Y aunque ahora muchos se lavan las manos y tratan de dejar “el muerto” al INDER de Santiago, al final hay muchos cómplices y responsables de este nuevo buche amargo que intenta ignorar una historia maravillosa que va más allá de lo individual y provincial.
Con todos los precedentes que se han creado con Pacheco y otros desde lo que ha sucedido con el Salón de la Fama (y eso sí ataña a las autoridades deportivas a nivel nacional), es lógico que en Santiago no hayan querido correr ciertos riesgos para evitar cuestionamientos y hasta consecuencias.
En el presente y futuro, el Juego de las Estrellas Santiago de Cuba 2020 será recordado indiscutible y básicamente por dos aspectos. El primero, que el covid-19 lo convirtió en el único evento de este tipo que se ha jugado sin presencia de público y el segundo, se relaciona con lo referido a la novela de los números estelares santiagueros.
De igual manera, aunque no les rindan tributo y los censuren por la prensa, lo que vale es lo que piensa de eso y de ellos la mayor parte de la gente, y la muestra fue lo que se ha visto en las redes sociales con la avalancha de opiniones de defensa por ese respeto y admiración que se ganaron y que quedará incluso después que no estén más entre nosotros.