Por Boris Luis Cabrera
En una entrevista on-line hace unos días atrás el comisionado nacional de béisbol en Cuba Ernesto Reynoso respondió algunas preguntas de periodistas sobre varios temas interesantes relacionados con este deporte. Una de ellas, quizás la más polémica, fue sobre la creación de un Centro de Entrenamiento 2020-2024 donde los talentos tendrían la posibilidad de desarrollarse y donde estarían monitoreados todo el año por un grupo de técnicos y glorias deportivas.
Según se informó, se trata de una selección de peloteros con condiciones para mantener u obtener en ese período los altos rendimientos que requerirán para ser parte del equipo nacional y la vigente estrategia de contratación en ligas extranjeras.
Por otra parte se dijo que cada prospecto tendrá un expediente individual donde se detallan sus características, las virtudes o dificultades en que deberán trabajar los técnicos en cada territorio.
Por supuesto que es algo que debiera existir desde hace años. Cualquier liga que se respete en este planeta cuenta con academias o centros de desarrollo donde son pulidos los prospectos, pero punto y aparte de la buena intención que pueda tener el nuevo comisionado, las preguntas están en el aire: ¿Es este Centro de Entrenamiento lo que realmente necesitamos? ¿Está bien diseñada esta idea?
«El seguimiento se realizará desde los territorios, con un grupo de entrenadores y glorias del deporte ya seleccionados. Su labor no interferirá en la de los colectivos técnicos de los equipos provinciales», dijo Reynoso en la citada entrevista.
Para empezar, me pregunto cómo es posible que se puede crear un Centro de Entrenamientos sin existir un lugar físico para tenerlos concentrados y de qué manera trabajarían esos técnicos sin el tiempo necesario ni interferir la labor de los entrenadores provinciales en plena Serie Nacional.
Por otra parte, y vamos a suponer que se cree una academia nacional para ese fin: ¿Cómo puede ser esto una buena idea sin capacitar primero a nuestros profesores y técnicos, la mayoría divorciados de un pensamiento novedoso acorde con el desarrollo de este deporte en el mundo? ¿Seguiremos encerrados en ese círculo vicioso con ideas obsoletas y métodos arcaicos de entrenamiento?
La estructura de nuestro deporte nacional está dañada desde hace un buen tiempo. Emigraciones y crisis económicas la han llenado de grandes grietas y es en la base de la pirámide donde hay que concentrar más los esfuerzos y los recursos disponibles, y donde hay que tallar a mano y cuidar como pieza museable a los prospectos.
Cuando analizamos la lista de talentos por provincias que la Dirección Nacional de Béisbol entregó a la prensa, seguimos con el sobresalto. Más allá de ver ahí nombres de peloteros que ya tienen una carrera profesional en Japón y que nada hacen engrosando ese listado, hay ausencias notables de jóvenes que se han destacado en la Serie Nacional de mayores o en la sub 23 y otros que están allí quien sabe teniendo en cuenta que parámetros.
Nuestro béisbol necesita medidas urgentes y drásticas para salvarse, pide a gritos ayuda para dejar de revolcarse en este fango pestilente donde ha caído. El comisionado nacional Ernesto Reynoso goza de mis simpatías porque ha llegado con deseos de trabajar y de arreglar esta maquinaria oxidada en que se ha convertido nuestro deporte más amado; es un hombre que sabe escuchar y tiene energías, pero este deporte necesita más, mucho más que buenas intenciones.
Queremos un lugar real donde crear uno o varios Centros de Entrenamientos para talentos. Con profesores capacitados previamente, empapados de nuevos métodos, de pensamientos diferentes, que estén insertados en este mundo y que sobre todo, acepten que la pelota cambió, que se ha desarrollado, que hay que mirarla desde otra arista.
Los aficionados están hartos de palabrerías y libretazos, de cabezazos e improvisaciones, de escuchar «lo estamos analizando» o «lo estamos estudiando». Quieren medidas concretas como las anunciadas por el mismo Reynoso cuando aseguró que a partir de ahora el béisbol será una asignatura en la Educación Primaria o que ya los niños pueden salir más temprano de la escuela para asistir a sus áreas especiales. Necesitan soluciones concretas y firmes. Lo demás se hace polvo en el viento y seguiremos malgastando nuestros recursos.
Nos vemos pronto en el estadio.