Por Juan Páez
Finalmente, Jorge Soler consiguió su nuevo contrato en las Grandes Ligas. En la noche de este sábado, se dio a conocer que el toletero cubano llegó a un acuerdo con los Marlins de Miami por tres temporadas y 36 millones de dólares, un monto que podría aumentar hasta 40 millones de billetes verdes si logra algunos incentivos estipulados.
El contrato inmediatamente debe interpretarse como una apuesta de Soler a sí mismo. Lo que terminó siendo su nuevo pacto no fue nada parecido a lo que se esperaba y a lo que trascendió en la última semana, que sugería la posibilidad de que el aporreador antillano cerrara un contrato que le asegurara cinco torneos.
A estas alturas, cuando Soler es el vigente Jugador Más Valioso de la Serie Mundial y con la implementación del bateador designado en la Liga Nacional, parece increíble que nadie le ofreciera mejores términos contractuales que los peces. Específicamente, los salarios del slugger se distribuirán de la siguiente manera:
- 2022: $12 millones
- 2023: $15 millones
- 2024: $9 millones
Soler puede ganar cuatro millones de dólares adicionales en su salario de 2024 si cumple con las siguientes escalas en la temporada del 2023: $500 mil por llegar a 350 y 400 apariciones al plato, $1 millón por alcanzar los 450, 500 y 550 viajes totales a la caja de bateadores.
Lo positivo es que Soler puede rescindir ese contrato después de las primeras dos temporadas. Y, pensando en su futuro, podría ser lo mejor que podría pasarle. Es aquí cuando la frase “es una apuesta a sí mismo” cobra sentido. Aunque es poco, sobre todo tomando en cuenta el acuerdo de Kyle Schwarber con los Filis de Filadelfia por cuatro años y $79 millones, Soler tomó lo que le ofrecieron los Marlins, pero aseguró que la bola también se mantuviera sobre su terreno.
Si Soler, de 30 años, sigue su ritmo y muestra su mejor versión, estamos hablando de un hombre que puede batear 40 jonrones por temporada y empujar entre 90 y 110 carreras al año. Ese nivel de producción, además de que ahora cada equipo necesita un bateador designado, vale dinero, incluso mucho más del que le pagará Miami.
Por tal razón, si el jonronero cubano tiene un gran 2023 al nivel de lo que mostró con los Bravos de Atlanta, es altamente probable que este pruebe suerte nuevamente en la agencia libre al finalizar la campaña entrante, a fin de asegurar su futuro, un caso parecido al de Nick Castellanos con los Rojos de Cincinnati tras finalizar la temporada pasada.
No queda duda de que, en el 2023, Soler será una de las historias a seguir no solo por jugar en Miami cerquita del público cubano, sino también por su contrato y lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Amanecerá y veremos.