Cuba “unificado”: otras reflexiones

Por Alexander García    Cuando Leonys Martín acumula ya los 22 jonrones en la Liga Japonesa y José Dariel Abreu roza la veintena en la MLB, por locura, por ilusión o cierto toque de irracionalidad, emergen las más locas comparaciones, pero el asunto en verdad dura poco y las cosas se ajustan como deben ser; ¿quién no […]

Por Alexander García

   Cuando Leonys Martín acumula ya los 22 jonrones en la Liga Japonesa y José Dariel Abreu roza la veintena en la MLB, por locura, por ilusión o cierto toque de irracionalidad, emergen las más locas comparaciones, pero el asunto en verdad dura poco y las cosas se ajustan como deben ser; ¿quién no sabe quién es mejor? 

   De la calidad de Pito nadie duda, de Pito ni de ninguno de los cubanos que están en los roster de 40 en las Grandes Ligas; tampoco nadie duda de la calidad de Leonys y la dimensión que tienen sus números y su éxito general en suelo asiático. 

   Con el tema de elegibles o no para un Cuba “unificado” da para hacer una novela o un seriado, ello a pesar de que hace unas semanas parecen haberse ido por la canal las “celebres” declaraciones de Higinio Vélez sobre la posible convocatoria de beisbolistas no vinculados a la Federación  Cubana. 

   Por ahora centrémonos en lo funcional que puede ser o no un equipo Cuba con todas las de la ley, teniendo en cuenta el mayor número de matices posibles al respecto. 

   En primer lugar se ha de partir del hecho; un equipo Cuba con todos los que están en el circuito de Grandes Ligas le mete miedo a cualquiera. Ahora mismo, José Iglesias, Yandy Díaz, Jorge Soler, Pito, Moncada, Grandal, Luis Robert, Chapman, por solo citar a la pléyade, un equipo así es de recoger e irse. 

   Ahora, en este punto, tomemos en cuenta que las opciones reales de contar con alguno de ellos es casi nula, para no ser absoluto, y quizás dejándole al tiempo el beneficio de la duda, de la suerte o la buena voluntad de unos pocos. Aquí cobran fuerza los nombres de Leonys Martín, Dayán Viciedo, Alexander Guerrero, Henry Urrutia, Dariel Álvarez, José Miguel Fernández, Odrisamer Despaigne y Onelkys García, de igual modo por solo mencionar un selecto grupo.  

   Todos estos peloteros se mantienen activos, jugando y rindiendo bien, así sus números lo demuestran; todos de igual modo pudieran en su momento sumarse a las filas de la selección nacional rumbo al Clásico Mundial.  

   Con esto no pretendo crear discordia ni nada por el estilo, solo sentar pauta sobre el asunto, pues, ¿quién puede lucir mejor?; esta es la gran pregunta, pienso yo, y los mencionados, en última instancia, no tienen nada que envidiarle en el rendimiento a los que juegan en MLB. 

   Si miramos a la historia de los Clásicos Mundiales, las potencias del momento, Estados Unidos, Republica Dominicana y Puerto Rico, hicieron su mejor papel con los equipos “más débiles” ( si buscamos por nombre).  

   Jamás comparar al equipo dominicano de 2006 con el de 2013 o al de Estados Unidos de 2006 y 2009 con el de 2017; tampoco aquel elenco de Puerto Rico que estuvo en el primer Clásico se compara con el de 2013 ni el de 2017. La cuestión radica en que si hubo menor calidad en los peloteros, sí fue mayor la entrega y la pasión por el juego. 

   En el caso de Cuba, las cosas bien pueden caminar por la misma senda, aunque siempre un toque pasional circunda alrededor de una posible convocatoria a las filas de la selección; pues ese es el instante sagrado que todo pelotero cubano quisiera vivir, más cuando la mayoría de los protagonistas aquí mencionados han manifestado siempre su deseo de representar al país. 

   Más allá de especulaciones o determinadas teorías, la ilusión nos embarga a todos los fanáticos y la ansiedad vuelve a ser protagonista. Lo más importante de todo es que en cualquier caso, con los jugadores de Grandes Ligas o no,  el equipo Cuba saldría ganando. 

   Nos vemos a la vuelta.

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