Del ayer: Cuba vs. Orioles, 21 años después que se unieron la pelota “libre” y la “esclava”

Daniel De Malas Andreu

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Por Alexander García

Cerraba una década, terminaba un siglo, tocaba a las puertas un nuevo milenio; en fin… en el año 1999, quizás como ahora, por esos paralelos de la historia, vivíamos pensando que todo estaba patas arriba, hasta que llegaron los Orioles.

Así, con esa sensación de finalidad, de que algo termina, que se acaba la ilusión, los sueños, el deseo; así el béisbol volvió al rescate una vez más y hace ya 21 años, La Habana vistió sus mejores galas para recibir a los Orioles de Baltimore.

Aquello fue un show en todos los sentidos, pues al Latino asistieron los “ elegidos”  de siempre…por mandato expreso… de los de siempre y entonces aún las imágenes de los miles y miles de aficionados esperando en las afueras del estadio, le da con el paso del tiempo un tono burlesco al asunto…

Pero la pelota siempre hace lo que quiere y es punto de fuga para tantos, aquel día de marzo en 1999, un equipo Cuba conformado por los peloteros de mejor rendimiento hasta entonces, topo con un elenco profesional de primer nivel; entonces de pronto se olvidaron las carencias, el período especial, la lucha diaria de buscar por aquí y por allá el plato de comida.

Ya para ese momento el profesionalismo había entrado al universo amateur y aunque el elenco de la división este en la Liga Americana no era de los agraciados, era una prueba de fuego real para el embadurnado orgullo nacional.

Sí lectores, no eran los Senadores de San Juan, ni lo australianos que habían sorprendido en la Copa Intercontinental de 1998, no, ese era un elenco del primer nivel y contaba con buenos peloteros, como Albert Belle, Charles Johnson y Harold Baines.

… La acción…

El mismo Johnson, receptor del equipo; le pegó larga línea por el left al abridor José Ibar para poner delante a los visitantes y bajar un poco de las nubes a los aficionados en las gradas.

Desde ese momento, cuando casi desde el inicio del juego los Orioles tomaron ventaja, el empuje de los criollos comenzó a sentirse y así, peleando cada jugada, lograron fabricar las dos carreras necesarias para el empate.

La locura se apodero de toda Cuba, no solo en el estadio, también en los hogares la gente disfrutaba al máximo del partido, incluso perder en extrainning no resultó en desagravio como se esperaba.

Más cuando a los días en el Camden Yard, la escuadra cubana domino a placer al vencer 12-6, con un Andy Morales hoy olvidado, siendo la figura ofensiva de aquel juego.

… La estela…

Hace veintiún años terminaba una década, un nuevo siglo tocaba a las puertas, un milenio cerraba sus cortinas y en Cuba el béisbol ponía a soñar a los cubanos, la pelota “libre” y la “esclava” se unieron para evocar recuerdos de glorias pasadas.

En ese entonces muchos pensaron que sería posible otra vez abrirnos al profesionalismo, llegar allí como lo más normal del mundo pero no, todo fue ilusión.

Con aquel tope ante los Orioles demostramos que nuestro nivel no era salido de un cuento de ciencia ficción y a pesar de crudos sinsabores que aún persisten, me quedo con eso… ¿y usted?

Nos vemos a la vuelta…

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